Prof. Ernestina Fuentes C. / D.H.S.F.
Diversos medios han informado sobre la pesca ilegal de China en las costas chilenas afirmando que esta flota “es la más depredadora del mundo, que no tiene marineros sino esclavos a bordo, además de graves violaciones a los derechos humanos”. Son acusaciones demasiado graves que se deben analizar con cuidado para no caer en lugares comunes o, sin quererlo, ayudar a oscuros intereses que pueden encontrarse detrás de estas descalificaciones.
Ante esto lo primero es decir que China desarrolla vigorosamente la acuicultura para satisfacer las necesidades de consumo interno de China país densamente poblado con un consumo anual de productos acuáticos de 68 millones de toneladas. Para satisfacer esa demanda, en lugar de explotar ilimitadamente la naturaleza, China promueve un vigoroso desarrollo de la acuicultura que cumple rigurosamente las obligaciones legales internacionalmente establecidas, fortaleciendo la regulación de la pesca y combatiendo la pesca ilegal, promoviendo el aprovechamiento sostenible de los recursos pesqueros y manteniendo una vigilancia permanente en sus barcos de pesca las 24 horas del día, pidiendo a estos que informen su posición cada hora, “lo que está muy por encima de la frecuencia de notificación internacionalmente aplicada, que es de una vez cada cuatro horas”.
Tambien es bueno recordar que China participa activamente en la gobernanza marina internacional y que “insiste en el concepto de construir una comunidad marítima de futuro compartido, siendo parte de ocho organizaciones regionales de pesca, como la Organización Regional de Pesca del Pacífico Sur (SPRFMO), a la que también pertenece Chile; donde cumple activamente con sus obligaciones como país miembro.
En las zonas de alta mar, que aún no están manejadas por las organizaciones pesqueras regionales, “China lleva a cabo voluntariamente una moratoria para la pesca; contribuyendo activamente al cumplimiento del objetivo 14 de desarrollo sostenible de la ONU, que es “conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos”.
Teniendo claro que China cumple con sus obligaciones de acuerdo a la legislación internacional sobre pesca, debemos preguntarnos entonces ¿a quien sirven estas descalificaciones y cuales son los intereses que hay detrás de ello?. Entonces encontramos, ya no con tanta sorpresa, a Estados Unidos con su prepotencia imperial y conocido estilo que, utilizando descalificaciones y engaños a través de los medios y prensa incondicional a sus intereses, busca con ello aplicar sanciones, como la prohibición para que los barcos chinos no puedan entrar a los puertos y limitar e incluso prohibir la importación de la captura en los océanos que son de todos.
Se ha probado que los barcos acusados por Estados Unidos de ejercer la pesca ilegal en realidad son barcos apátridas, no sopn de China, y más aún, Hasta hoy no hay ningún barco pesquero de nacionalidad china que haya sido identificado como un barco de pesca ilegal por ninguna organización pesquera regional. Claramente Estados Unidos tiene su propio objetivo con la desinformación. Su verdadera intención detrás de los ataques contra China es propia de su actuar histórico como potencia imperial donde, aprendiendo de las enseñanzas de Goebels “miente, miente, que algo queda”. Queda claro que esta campaña pretende limitar el espacio de desarrollo marítimo de China utilizando para ello como pretexto la lucha contra la pesca ilegal, lo que claramente perjudica la cooperación internacional, escenario donde también se perjudica a nuestro país pues “la pesca y la gobernanza marina mundial son áreas importantes de las cooperaciones entre China y Chile”.
Sobre esto es bueno recordar que en los últimos años la cooperación China-Chile en la pesca y la gobernanza marina ha logrado resultados notables. Las autoridades de ambos países mantienen relaciones estrechas y tanto China como Chile tienen una excelente coordinación en la Organización Marítima Internacional (OMI) y en la FAO.
Recientemente el embajador de China en Chile, Niu Qingbao, en carta al diario El Mercurio señala: “la Armada de Chile junto con otras autoridades de pesca han declarado pública y reiteradamente que al mantener un constante monitoreo de las flotas que pasan por las aguas chilenas, no se ha encontrado registro de ninguna pesca ilegal realizada por barcos chinos”.Y concluye: “China como país de pesca responsable, se opone y combate firmemente la pesca ilegal. Además, ha transferido por varios años consecutivos la cuota de pesca de jurel en el Pacífico Sur a los pescadores chilenos. Estoy convencido de que el público chileno no se dejará desorientar por unas acusaciones falsas”.
Las acusaciones falsas sobre “el país depredador, esclavos en barcos chinos y la violación de los derechos humanos a bordo”, son afirmaciones que se caen por su propio peso al comprobarse su falsedad y, recordando lo que ha dicho el embajador, el pueblo chileno no se dejara engañar por quienes, durante muchos años, han demostrado que no sirven, precisamente, a los intereses del pueblo chileno, sino a una potencia que busca seguir considerando a nuestro país, sus mares y continente, como su patio trasero.