Opinión: El «Partido Social Cristiano», su sobre estimación y un daño irreparable a la Fe

Por Esteban Quiroz / Abogado Evangélico

En Chile, un 18% de la población es evangélica o protestante.

Sin embargo, el Partido Social Cristiano (PSC), que afirma representarnos, tuvo estos resultados en las elecciones: de 16 candidatos a gobernador, no ganó ninguno; de 87 candidatos a alcalde, solo obtuvo una victoria (3,30% de los votos totales); de 155 candidatos a consejeros regionales, obtuvo 6 (3,82% de los votos totales); de 651 candidatos a concejal, logró 24 (3,68% del voto de los votos totales).

Es decir que no marcan ni 1/5 del voto evangélico aproximado esperable.

Su mayor triunfo, la alcaldía de Conce, obtenida por Héctor Muñoz sin ser el favorito se debe más a la gran dispersión de candidatos y al hecho de una trayectoria anterior (presidente federación de estudiantes y seremi de salud de Piñera).

Lo mismo puede decirse de su representación parlamentaria que bebe del trabajo de otros partidos del que salieron como RN, Republicanos, el PDG o elección por arrastre.

Esto refleja una vez más el comportamiento histórico del voto evangélico, que siempre está alineado con el sentir general del país, sin sesgos partidistas.

No obstante, como para ocultar su fracaso, basados en la inesperada alcaldía, anunciaron un candidato presidencial, el católico Rojo Edwards, que se fue de la extrema derecha republicana por considerarla tibia.

Es imposible no pensar en lo contradictorio de este apoyo a un representante de la derecha católica que siempre ha estado contra los evangélicos, este ecumenismo reaccionario y del odio que han formado recientemente.

Muñoz, cuyo hijo fue detenido la pasada semana con drogas y armas, es un logro sobre dimensionado, que se apresta solo para daño a nuestra fe sin representarla.

El PSC tiene un discurso identitario que pretende mayorías invocando a una minoría, motivo por el cual nunca triunfará.

Más importante que eso, este fracaso debe hacer a sus promotores regresar a la larga tradición evangélica de separación entre iglesia y Estado, parte esencial de nuestra historia.

Los evangélicos en política deben servir a todos, y dar un “buen testimonio” allí donde militen, cualquiera sea su partido. Eso es todo, a César lo se César, a Dios lo de Dios.

Pd: Ojo que hay al menos un alcalde más evangélico, reelecto, en la Cisterna, de izquierda, la diferencia que él no usa este discurso indentitario ni utiliza su religión, eso es lo correcto, eso es lo que la porfiada gente del psc debe hacer.