Ponencia del abogado Eduardo Salas en conversatorio sobre la libertad de Julian Assange en la Biblioteca Nacional de Chile organizado por Derechos Humanos Sin Fronteras el 08 de mayo de 2024.-
Como ya sabemos, Julian Assange, en el año 2006, crea el medio de comunicación Wikileaks por cuyo intermedio publica más de diez millones de “Documentos Clasificados” del Gobierno de EEUU referidos a informes secretos sobre crímenes de guerra y la violación sistemática de los Derechos Humanos ocurridos en las zonas de conflicto, Afganistán e Irak, entre otras. El hecho de que estas graves violaciones a los derechos humanos hayan sido conculcadas y ocultadas por las más altas esferas institucionales del Gobierno Norteamericano conjuntamente con los poderes fácticos de sus aliados para estos efectos, en sí mismo, constituye una violación a otro derecho humano fundamental e inalienable, cual es, EL DERECHO HUMANO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN, el cual, incluye, el derecho a recibir y difundir toda clase de información con “excepciones estrechamente definidas”. Para estos efectos, estas excepciones estrechamente definidas, nada tienen que ver, con ocultar las violaciones a los Derechos Humanos ocurridas en las zonas de las guerras e invasiones realizads por los EEUU de Norte América. Y mucho menos, por los motivos de “Seguridad nacional”, que, forzadamente, el Gobierno de EEUU con sus aliados ha utilizado, para continuar privando de libertad al creador de WikiLeaks, prácticamente a “cadena perpetua”.
LA DEMOCRACIA EN EEUU Y EUROPA OCCIDENTAL.
En la segunda mitad del siglo XX se llegó a caracterizar las democracias europeas y en especial la de Estados Unidos de Norte América como prácticamente ejemplares. Se las distinguía de las sociedades signadas como atrasadas, autoritarias y seudo democráticas del resto del mundo. Hasta que el pueblo norte americano y el mundo entero se entera de las atrocidades en Vietnam y del respaldo a las dictaduras en latino américa, entre otras. La sociedad norte americana protesta y quiere saber todo lo que está aconteciendo y tiene pleno derecho a saberlo.
La invasión a Afganistán y la guerra contra Irak de principios del presente siglo, son otro capítulo más del comportamiento del Estado de Norte américa y todos, especialmente, la sociedad de estados unidos, debían conocer la forma en que se desarrollaron los hechos. Eso es lo que hizo Julian Assangen y con su trabajo develó lo que de verdad había ocurrido. Estados Unidos con sus acciones violaba los derechos humanos en el mundo. Su democracia se vuelve una máscara para controlar al resto de la humanidad y esta dispuesta a cualquier cosa para seguir manteniendo ese control.
LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN, EL DERECHO A LA INFORMACIÓN Y LA DOCTRINA DE LA SEGURIDAD NACIONAL
En Chile, donde estamos ahora, y en todas las dictaduras latino americanas desde la década de los 60 a los 80, se esgrimió como argumento la llamada doctrina de la “Seguridad Nacional” para ejercer el poder indiscriminadamente y violar generalizada y sistemáticamente los derechos fundamentales de la persona humana. Todo valía, para proteger “el orden público, las buenas costumbres y la seguridad nacional”, conceptos genéricos y vacíos para justificar dichas violaciones.
En estos tiempos, con la llegada de Internet y la mass media, WikiLeaks, logró redireccionar el Derecho Humano de la Libertad de Expresión al más alto nivel de modernidad comunicacional ciberespacial que hayamos tenido en este siglo. Logrando poner el derecho humano a la Libertad de Expresión en su máxima expresión comunicacional. Por tanto, sin lugar a dudas, WikiLeaks constituye un espejo al momento de comunicar.
Cuando leemos las publicaciones efectuadas por WikiLeaks nos enfrentamos a un hecho ético y estético del que debemos hacernos cargo en su forma y fondo. Eso sí, tomando en consideración, que desde cualquier perspectiva que queramos verlo; los derechos humanos son irrenunciables, siempre.
No cabe de ninguna manera que se arguya como motivo para violar los derechos humanos la mentada “Seguridad Nacional”. Nada ni nadie, puede estar por sobre los derechos humanos, puesto que, “los derechos humanos son anteriores y superiores al Estado”. Y el derecho a la libertad de expresión es parte fundamental de estos derechos.
Por tanto, los poderes facticos-políticos que hoy tienen privado de libertad al creador de WikiLeaks, cuando quieran, nuevamente, esconder delitos de lesa humanidad, tendrán que mirarse al espeso de wikiLeaks y saber que existe un precedente comunicacional histórico con el que van a tener que lidiar y responder.
De hecho, todavía no tenemos toda la información del genocidio que está cometiendo hoy el gobierno de Israel dirigido por Benjamín Netanyahu ahora mismo en Gaza y Cisjordania, pero, seguramente, ya sabremos exactamente todo lo que acontece y las penas a las que deberán enfrentarse los criminales de lesa humanidad que están cometiendo tan horrendos crímenes.
CONCLUYENDO ESTAS CONSIDERACIONES
Quiero insistir en que, hasta ahora uno de los hitos comunicacionales más importante del siglo XXI, son las publicaciones efectuadas por wikileaks en defensa de los derechos humanos y del derecho humano a la libertad de expresión.
Las publicaciones efectuadas por WikiLeaks desde el año 2006, nos obligan también a nosotros como ciudadanos responsables del respeto, protección y difusión de los derechos humanos, y, como Fundación de Derechos Humanos sin Fronteras, a tomar la posta que nos entrega Julian Assange, desde su obligado encierro, privado de libertad, sufriendo hostigamientos por parte de los poderes fácticos y del gobierno de EEUU, para que, a través de los defensores directos de Assange, quienes hoy nos honran con su presencia, a seguir develando y entregándole a los ciudadanos de nuestros respectivos países, el conocimiento de las verdaderas motivaciones políticas y seguramente económicas y financieras de los poderes fácticos, que, tienen retenido ilegítimamente, hasta hoy, al fundador de WikiLeaks y que está ad-portas de ser extraditado a los EEUU de Norte América, donde no existe garantía alguna de que sea juzgado legítimamente, puesto que se está dispuesto a poner las leyes de espionaje y la denominada seguridad nacional por sobre los derechos humanos y el derecho internacional de los derechos humanos.
Termino esta alocución citando el Evangelio de San Juan:
“Si ustedes permanecen en mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos; y conocerán la verdad… y solo la verdad los hará libres” (evangelio de San Juan)
Eduardo Salas Cerda.
Abogado Licenciado Universidad de Chile
Magíster en Literatura, Universidad Santiago de Chile (USACH)
Investigador Jurídico de la Vicaría de la Solidaridad (1986 – 1990)
Director Fundación “Derechos Humanos Sin Fronteras”