Por Alberto Conejeros S.
El 6 de noviembre de 1975 en el norte de África y en un territorio que históricamente ha correspondido a Marruecos, conocido entonces como Sahara español, miles de hombres y mujeres procedieron a tomar posesión de lo que hoy se conoce como el Sahara marroquí donde y desde entonces, los saharauis han podido ejercer todos sus derechos en un estado que los reconoce y respeta.
Al cumplirse 47 años de esta verdadera gesta que nace como un gran movimiento nacional y popular, el rey de Marruecos, en un emotivo discurso que se transmite por radio y televisión, junto con mencionar que la marcha verde es “parte decisiva del proceso de afianzamiento de la marroquinidad del Sahara” donde “esta eterna epopeya hizo posible la liberación de la tierra”, afirma que esto se inscribe “en una visión integral que engloba la acción política y diplomática, a la vez que la promoción del desarrollo socioeconómico y humano de la zona”, destacando que este es “un ambicioso programa que responde a las preocupaciones y anhelos de los habitantes de las provincias del Sur, donde las autoridades locales y electas asumen la responsabilidad de supervisar la aplicación de sus proyectos”.
A periodistas y observadores extranjeros ha sorprendido positivamente los avances alcanzados en esta zona con programas inclusivos en la agricultura, la industria, el enganche de la zona a la red eléctrica, estaciones de energía solar y eólica, además de “reforzar y ampliar las redes de comunicación”, además de anunciar la construcción del puerto Dajla-Atlántico, lo que genera miles de puestos de trabajo y un evidente progreso en todas las áreas para todos los que viven en esta zona, donde “los proyectos programados en los sectores de los fosfatos, agua y saneamiento, han conocido una elevada tasa de avanzada realización”. Los ámbitos social y cultural, han conocido, a su vez, varias realizaciones en los dominios de la sanidad, la enseñanza, la formación, el apoyo a las iniciativas de autoempleo y la promoción de la lengua y cultura hasaní, que constituye un componente principal de la identidad nacional unitaria.
Marruecos y África.
En su discurso, el rey Mohamed VI ha destacado que “El Sahara marroquí ha constituido, a través de la historia, un eslabón humano, espiritual, civilizatorio y económico entre Marruecos y su profundidad africana. A través de la acción del desarrollo que estamos llevando a cabo, pretendemos afianzar este papel histórico, aportándole mayor apertura sobre el futuro. He aquí una orientación que armoniza con la naturaleza de las relaciones que unen a Marruecos con los países de nuestro continente africano, y por cuya consolidación velamos, con el fin de servir los intereses compartidos de nuestros pueblos hermanos”.
Profundizando en su relación con África ha destacado un ambicioso proyecto que toma forma real en el lanzamiento del proyecto del gasoducto Nigeria-Marruecos, que nace de un acuerdo firmado entre los dos países el año 2016 y que ahora, después de un acuerdo suscrito en Rabat con la “Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), y en Nuakchot, con Mauritania y Senegal, constituye un jalón fundamental en el proceso de implementación de dicho proyecto”.
Y el rey informa sobre este proyecto:
“En consideración de las oportunidades y garantías que el mismo ofrece en los ámbitos de la seguridad energética y del desarrollo económico, industrial y social para los quince países de la CEDEAO, además de Mauritania y Marruecos, queremos que sea un proyecto estratégico al servicio de toda la región del África occidental, cuya población supera los 440 millones de habitantes. He aquí un proyecto para la paz, la integración económica africana y el desarrollo compartido; un proyecto para las generaciones presentes y futuras. Asimismo, y debido a su dimensión continental, consideramos el gasoducto Nigeria-Marruecos como un proyecto estructural que enlaza África y Europa.
Después de un detallado análisis en que el rey Mohamed VI informa a su pueblo sobre los avances alcanzados, también les recuerda que esto requiere: “La lealtad al espíritu de la Marcha Verde y a su eterno juramento requiere continuar la movilización y la vigilancia, para defender la unidad de la Nación y afianzar su progreso y vinculación con su profundidad africana”.
El 47 aniversario de la marcha verde, en que miles de hombres, mujeres, niños y ancianos caminan por el desierto para reclamar lo que históricamente ha sido suyo, también demuestra, en palabras del rey de Marruecos, que esta movilización no es un capricho de reyes o gobernantes, sino la expresión sincera de un pueblo que fue capaz de superar la etapa gris del colonialismo para dar forma a una nación moderna, inclusiva, democrática y progresista que, después de una severa revisión de su historia, donde asume errores del pasado, tiene el coraje de construir un estado con plenas libertades personales, que respeta el rol de la sociedad civil con sus organizaciones, el mundo político con todas sus tendencias y expresiones representadas en el parlamento, que destaca el rol de la mujer y la familia donde el respeto a los derechos humanos tienen rango constitucional y todos sus habitantes, sean del color , origen o tendencia que sean, tienen un lugar y un espacio, cuestión que el rey Mohamed VI, al conmemorar el 47 aniversario de la marcha verde no solo destaca y recuerda el espíritu de esta, sino que pide a su pueblo que profundice en esta dirección.