DHSF al Polisario: “Hace mucho que dejaron de ser un movimiento revolucionario para terminar convertidos en criminales de lesa humanidad que actúan y viven al servicio de sus propios intereses o para servir a la geo política de otro país”.

Por Peter Spengler / Nueva York / Especial para El Siete.

Diplomáticos, representantes de países, miembros del Polisario y otros peticionarios que concurrían a la Cuarta comisión de Naciones Unidas para analizar distintas visiones sobre el Sahara, escucharon con atención este lunes al director de Derechos Humanos Sin Fronteras, Juan Carlos Moraga que inicia su intervención recordando que “acaba de terminar en Santiago un encuentro con las más prestigiadas organizaciones defensoras de los DDHH en 3 continentes”  donde, después de escuchar al presidente de la asociación saharaui de los derechos humanos sobre los delitos del frente pólisario, nos comprometimos a dar a conocer, donde sea necesario, la gravedad de esta situación, por lo cual hoy nos encontramos en Naciones Unidas para solicitar que la gravedad de estas denuncias quede registrada en sus informes”.

Con voz pausada pero firme, Moraga se anticipó a lo que puede venir diciendo: “Estamos conscientes que podemos recibir ataques por hacernos parte de estas denuncias, pero esto no nos preocupa porque nuestro compromiso es con los derechos humanos y no con partidos, gobiernos o multinacionales, a quienes le recordamos que gran parte de nuestra fundación está compuesta por personas que han sufrido prisión política, tortura y también familiares de quienes han perdido la vida combatiendo dictaduras. Nos acompañan en esta noble tarea abogados con historia en la defensa de los derechos humanos. Son organizaciones y personas con credenciales suficientes para denunciar, con autoridad moral y social a quienes, como la cúpula del frente Polisario, comete crímenes de lesa humanidad en contra de victimas saharauis, lo que ocurre con la tolerancia del gobierno de Argelia, territorio donde se cometen estos abusos. Quienes hemos sido víctimas de atropellos, no podemos guardar silencio y menos aceptar que sean los victimarios, que viven de esta tragedia y se oponen a cualquier solución realista para terminar con este drama,  lleguen a esta sala para hablar de derechos humanos”.

En su intervención y haciendo ver el mandato y la autoridad con que se dirige a los asistentes, el representante de derechos Humanos Sin Fronteras dijo: “Concurrimos señor presidente, como personas que sabemos de cárcel y tortura porque personalmente lo hemos vivido, en medio de cuyo dolor aprendimos a valorar los derechos humanos.  Es con la fuerza de esa autoridad moral la que nos permite dirigirnos a  esta comisión de Naciones Unidas en los términos que lo hacemos. Con esa autoridad y habiendo confirmado que los  principales dirigentes del Polisario se encuentran investigados en tribunales internacionales por cometer crímenes de lesa humanidad, violación de mujeres y otros delitos, es que solicitamos a esta sala tomar nota de las denuncias y condenar en sus informes a este grupo.

Al finalizar, el ex preso condenado por tribunales militares en Chile bajo la dictadura de Pinochet remató reivindicando principios de “verdaderos revolucionarios y no mercenarios” al decir:

“Tal como antes denunciamos dictaduras de derecha, hoy con la misma autoridad lo hacemos con regímenes que se dicen de izquierda y que, como algunos en Latinoamérica, han terminado por convertirse en algo similar a lo que decían combatir al reprimir a sus propios compañeros por denunciar la corrupción y violación de los DDHH en esos países. Entonces, no sorprende que los amigos del Polisario en distintos lugares, que reprimen a luchadores sociales que antes fueron sus compañeros, se comporten de la misma forma. Es una vergüenza que provoca repulsión a quienes honestamente luchan por ideales. Este tipo de gobernantes,  con sujetos moralmente descalificados son los que reconocen al Polisario y que, al igual que ellos, reprimen a su disidencia interna, sin el más mínimo respeto por su propia historia al perseguir, encarcelar y asesinar a quienes, antes y con ellos, decían compartir ideales. Esto desprestigia la noble causa de la lucha por un mundo mejor, pues los autores de estos delitos hace mucho dejaron de ser un movimiento revolucionario para terminar convertidos en criminales de lesa humanidad que actúan y viven al servicio de sus propios  intereses o, como el caso del Polisario, para servir a la geo política de otro país”.

La intervención de Juan Carlos Moraga causó sorpresa en algunos diplomáticos, desconcierto en europeos que antes hablaron a favor del Polisario y la simpatía de ex presos políticos del Polisario, como Fadel Braika, que se encontraba en la sala y había escuchado con atención las palabras del representante de Derechos Humanos Sin Fronteras. También y al finalizar la sesión del lunes 10 de octubre, un diplomático peruano se acercó a Moraga para solicitarle copia de su intervención.

Sin duda que al inicio de la IV comisión este año causó cierto desconcierto la intervención de numerosos peticionarios de las canarias que hablaban a favor del Polisario, describiendo a este grupo como un movimiento de liberación, pero que al finalizar 3 días de jornada y especialmente con la intervención de Moraga, con la autoridad de haber sufrido prisión política y tortura y representar a una fundación, reconocida y valorada “por las más prestigiadas instituciones de los derechos Humanos”  como dijera al inicio, termina por sacar al pizarrón a los victimarios y poner a los mercenarios de los derechos humanos en el lugar que les corresponde.

Sin duda, con un inicio desconcertante por la presencia de canarios en la cuarta comisión y un final inesperado pero favorable a los derechos humanos ha culminado el trabajo de la cuarta comisión de Naciones Unidas.

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