Por. J.M. ZULOAGA. / La Razón.
Quién hace esta afirmación es Hach Ahmed, fundador del Movimiento Saharauis por la Paz (MSP), una demostración de que el Frente Polisario, en contra de lo que se dice, no representa a todos los saharauis. Ahmed fue uno de los jefes de este grupo, que abandonó, al igual que otros cargos civiles y militares, que se han sumado al MSP, “como respuesta al déficit democrático que arrastra el Polisario desde su creación allá por los años setenta del siglo pasado”.
Hach Ahmed Bericalla, también conocido como Hach Uld Ahmed, nació en la antigua Villa Cisneros en 1957. Trabajó en el servicio exterior del Frente Polisario desde 1985 siendo nombrado en 1986 representante del grupo en España y posteriormente embajador en Venezuela. También ha sido ministro para las relaciones con América Latina y el Caribe y en 2011 ministro de Cooperación. En 2017 impulsó junto a un grupo de cuadros civiles y militares, Iniciativa Saharaui por el Cambio y solicitó, sin éxito, que fuera reconocida como rama independiente dentro del polisario.
Ahmed, que es hermano de Bujari, que también fue representante del Polisario en España, subraya que en el “Frente Polisario “no hicieron mella en su ideología ni la caída del muro de Berlín, ni los vientos de la primavera árabe. Su liderazgo, como el norcoreano, no cambia sino cuando medían las leyes de la biología”.
Destaca que “en su gestión del conflicto no ha cesado de incurrir en errores, incluso durante los dos años que convivió con la administración colonial española. Opto por la vía armada siguiendo las indicaciones de Gadafi quién le proporcionó armas y dinero para implantar su proyecto revolucionario en el noroeste africano”.
“Desperdició –añade– la oportunidad que le ofreció la administración colonial española y arrastró a los saharauis a una guerra asimétrica imposible de ganar. Y el resultado es el que vemos: parte de nuestro pueblo languidece desde hace medio siglo en un desierto inhóspito, viviendo de la caridad y sin esperanzas”.
Explica que “el surgimiento del MSP respondió a una necesidad histórica. Fue el resultado de largos debates y su finalidad no es otra que introducir un punto de inflexión en este largo proceso. Además de sembrar la cultura del multipartidismo en la sociedad pretende erigirse en tercera vía y buscar, desde la moderación y el realismo una salida honorable para nuestro pueblo, con garantías internacionales”.
Nos preocupa que el mundo termine olvidándose de nuestra gente y que los organismos internacionales tiren la toalla. El sentido común nos obliga a ir por otro enfoque. Si no se tiene fuerza para ganar una guerra lo razonable es trabajar por una solución pacífica y no perder más oportunidades”, agrega. Enfatiza que “en estos cincuenta años, el Polisario ha ido perdiendo credibilidad. El tiempo ha ido revelando muchos de sus errores y abusos. Le paso lo que termino hundiendo a las FARC de Colombia y los sandinistas de Nicaragua.
Miles de saharauis, entre ellos la flor y nata de los militares, lo han abandonado y regresaron al territorio administrado por Marruecos. Muchos de ellos se han adherido al MSP”.
“Desde el MSP hemos aplaudido la normalización de relaciones entre España y Marruecos del mismo modo que deseamos una pronta reanudación de las relaciones entre Marruecos y Argelia. El ambiente de confrontación no beneficia a los saharauis. Todo lo contrario. El Gobierno de Pedro Sánchez, una vez abiertos estos cauces con Marruecos está en condiciones de contribuir con mayor eficacia a una solución pacífica del problema del Sahara”. “Entiendo que, por primera vez, España puede jugar un papel más eficaz en la solución.