DIA DE LA MUJER: “Si tenemos que romper candados en nuestras propias vidas, entonces, no esperemos más y hagámoslo”.

Alejandra Bravo Hidalgo.

El homenaje en el día de la mujer organizado por la FETRACICH en Rancagua, al que asistieron mujeres líderes y dirigentas sociales de varios puntos del país con la presencia de la Embajadora de Marruecos en Chile, Kenza El Ghali, y de la recién electa diputada por Rancagua, Marta González Olea, hubo coincidencia en nuestros discursos respecto de los múltiples desafíos que todavía están pendientes en la defensa de los derechos humanos por una vida libre de violencia, y de la que, muchas mujeres, todavía, sufren en distintas estructuras y esferas sociales del país y del mundo. En mi alocución me referí a lo inconcebible que resulta, que en pleno siglo XXI, tengan que existir “leyes para que los hombres nos puedan respetar”. 

Desde mi punto de vista esto no puede ser una guerra entre hombres y mujeres, sino que, debe existir la lógica del “respeto entre seres humanos, entre personas, independiente de tu género, raza, condición social y sexual”.

Y sí, hay que reconocerlo, también hay hombres particularmente crecidos en este aspecto, hombres que seguramente vienen devuelta dentro de este mundo en el que el patriarcado ha sido el factor social dominante. Hombres como, Juan Carlos Moraga, al que conocemos por su incansable lucha por los derechos humanos de los más desprotegidos, cuyo mensaje y acción nace desde las distintas organizaciones sociales con las que recorre el mundo, con el valor de ser un hombre  que no tan solo valora los liderazgos femeninos, sino que además, abre espacios para que ellas puedan participar y desarrollar sus talentos con la inteligencia y capacidades que todo ser humano tiene, convirtiendo este aporte, en caminos de recuperación estructural en todo el tejido social en donde el aporte de la mujer, siempre, tiene un alto impacto y que no es otra cosa, como dije: “cuando una mujer es feliz, el mundo también es feliz, por eso, todas nosotras tenemos el deber de ser felices. Y si para esto, tenemos que romper con los candados de nuestras propias vidas, entonces, no esperamos más y hagámoslo”.

Quiero felicitar a FETRACICH, a su Presidente, Juan Cubillos, y a toda su directiva por el maravilloso encuentro y por las temáticas que fueron abordadas con total libertad en la ciudad de Rancagua en una sede sindical, a la que tan cordialmente fui invitada.