Dr. Mario H. Concha Vergara.
El problema de la autonomía Mapuche no es el de una lucha reciente; históricamente este pueblo que habita en Chile y Argentina ha luchado por su independencia y/o autonomía por siglos. Primero lo hizo en contra de los Incas llegados desde el Perú; luego contra los españoles y, finalmente, en contra del Estado chileno. La gran mayoría de ellos no desea la separación del Estado de Chile pero su busca de autonomía tanto política como regional y reconocimiento a su identidad cultural.
“Es curioso que los indios guarden un cariño por los españoles que no lo tienen por los chilenos. Ellos desean que vuelvan aquellos días del poder de los virreyes, cuando la voluntad del monarca se daba a conocer por medio de parlamentos, en los cuales se recibía a los caciques con música, banderas, regalos y otras atenciones destinadas a conquistar su buena voluntad”.
Al parecer, los gobiernos de Chile (y Argentina) han tenido menos voluntad en solucionar los problemas con esta etnia, que la que tenían los españoles quienes suscribieron más de una docena de tratados y decenas de acuerdos con las distintas tribus con el fin de preservar la paz. Al final del día, los Mapuches no piden otra cosa que el mismo reconocimiento que le hiciera la Corona española, es decir, autodeterminación. La falta de entendimiento entre los últimos gobiernos chilenos y los Mapuche en Chile, especialmente, ha significado un gran aumento en la violencia, la cual es provocada por una minoría de mapuches.
Según Martín Dinatale: Los sectores mapuches que utilizan la violencia como metodología única de protesta. “Sueñan con un Estado mapuche autárquico en la Patagonia. Algunos de sus miembros fueron avalados por el kirchnerismo y la izquierda setentista, (y) recibirían apoyo financiero del exterior y están dispuestos a sembrar el terror. Esta es la radiografía central que elaboró el Gobierno (de Argentina) sobre los dos grupos mapuches que tienen en vilo a las poblaciones sureñas de Chile y de la Argentina: la agrupación Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) y la Coordinadora Arauco Malleco (CAM)”.Verdaderamente, la CAM ha creado bastante zozobra y división éntre los mapuches chilenos debido a que ellos proponen independencia y actúan con actos terroristas como incendio de camiones madereros, de escuelas, de iglesias, etcétera, siendo una minoría que no debe superar a las 500 personas a lo cual el Estado chileno ha respondido inadecuadamente con violencia institucional. Tanto para los gobiernos de Argentina como de Chile la salida que se busca es violenta: “Es hora de frenar la violencia, unificar fuerzas con los jueces federales y detener sin piedad a los violentos ante delitos en flagrancia. Para eso estamos coordinando labores con las fuerzas de seguridad y las autoridades de Chile», dijo un alto funcionario argentino. Sin embargo, el Presidente de Chile Piñera, presentó otra alternativa la cual de ser aceptada por el pueblo araucano vendría a traer la paz. Sin embargo el gobierno se olvidó de varias cosas: 1) Sacar a su ejército policial del área el cual es, sin duda, más gasolina para el conflicto; 2) No ha prometido hacer un referéndum para saber qué porcentaje del pueblo Mapuche está de acuerdo con el Plan Araucanía que presentó el gobierno; 3) El gobierno no ha considerado presentar alternativas de autonomía a la región.
La alternativa Maorí es una de las respuestas que existen hacia la paz en la región del Arauco; la otra alternativa es la Marroquí: La eficiencia de la ley indígena de Nueva Zelanda, descansa en gran medida en un tratado histórico firmado en 1840, entre la corona británica y parte de los jefes de clanes de las islas de Nueva Zelanda, lo cual demuestra que los colonialistas estaban más preocupados de la paz con su aborígenes que las sociedades modernas como la de Chile. El carácter justo del Tratado de Waitangi, según algunos investigadores, se debe a la fiera oposición a la ocupación británica que ofrecieron los fornidos guerreros maoríes. (Su fuerza se demuestra en sus presentaciones de Rugby). El Tratado de Waitangi reguló toda la compra de tierras hecha a los maoríes y declaró inválida toda negociación en la que estos tuvieran alguna desventaja o fueran afectados por la pérdida de territorio o bienes económicos; esto no ocurrió con los mapuches aunque el Estado de Chile asegura que se les devolvió más de 200 mil ha. Respecto a la distribución de tierras para maoríes, resulta de especial relevancia el tratado de Ngai Tahu de 199, que afecta a la totalidad de las tierras de la Isla del Sur de Nueva Zelanda, el acuerdo reconoce el derecho de los maoríes a estar representados en las áreas de conservación, el derecho a ser consultados por el Ministerio de Conservación en determinadas situaciones y la declaración de algunas montañas, lagos y valles como valores culturales de los maoríes (Topuni).
Entre los derechos contenidos en este tratado, se cuenta el de acampar ocasionalmente en algunas tierras del gobierno según dicten sus tradiciones pues hay que considerar que gran parte de los maoríes son pueblos errantes. (Nómades). También en estos acuerdos se apoya diversos programas la creación y desarrollo de empresas generadas por los mismos maoríes, acumulando un grado de éxito que es la envidia de otras naciones como Australia. La generación de empresas maoríes ha sido determinante en la mantención de una tasa de desempleo relativamente baja en su población, aunque aún es elevada. Para la experiencia neozelandesa, el fortalecimiento de la independencia económica de los pueblos originarios ha sido la solución a muchos de los conflictos territoriales y de relaciones políticas con el pueblo maorí. Las condiciones igualitarias de vida y derechos para los pueblos originarios, aún queda reservado en la tierra de las utopías para la mayoría de las naciones industrializadas como Chile.
Marruecos ha priorizado un interesante acuerdo de autonomía para el pueblo del Sahara del sur. Una de las principales propuestas marroquies es que en el territorio saharaui se lleve a cabo un referéndum confirmativo de si el pueblo saharaui desea la independencia total o desea pertenecer con autonomía al reino marroquí.
Marruecos ha asumido voluntariamente y plenamente sus responsabilidades presentando su iniciativa para la negociación de un Estatuto de Autonomía para el Sáhara, iniciativa que ofrece una respuesta constructiva al llamado del Consejo de Seguridad, del secretario general de las Naciones Unidas y de la comunidad internacional en su conjunto, que no han dejado de expresar el deseo de llegar a una solución política para este problema regional.
Esta es una iniciativa que se distingue por estar conforme con las normas internacionales, porque garantiza a la población de la región la posibilidad de gestionar democráticamente sus asuntos a través de los órganos legislativos, ejecutivos y judiciales correspondientes. En Chile se requiere una iniciativa como la marroquí pues la etnia mapuche, mayoritaria entre los grupos o naciones autóctonas, contando con casi un millón y medio de habitantes, ocupando un extenso territorio del sur de Chile, el cual en la actualidad a pesar de sus grandes riquezas naturales en mar y tierra, es una de las regiones más pobres del país debido a que todas las empresas son de carácter privado de grandes consorcios extranjeros y muy pocas empresas chilenas y ninguna araucana.
La propuesta marroquí de Autonomía para el territorio del Sahara Occidental permite combinar la unidad del Estado (defensa, unidad religiosa, moneda y diplomacia), con el poder local surgido de las urnas, determinante en el control y distribución de los recursos naturales, proporcionar seguridad interior, preservar la cultura y la lengua y administrar justicia.La solución política para la autonomía del pueblo Mapuche se centra en la necesidad de un Congreso local en el cual estén representados todos los Mapuche desde Chiloé hasta La Frontera. La representación y participación ofrecida por el Estado nacional chileno no es claramente de autonomía pues se ofrece la participación de cuotas indígenas en el poder legislativo (ubicado en Valparaíso) Si bien eso es importante, es más importante que se permita el funcionamiento de un Congreso Local Mapuche en el cual se legisle de acuerdo a las verdaderas necesidades del pueblo considerando su lengua, el reconocimiento a lonkos y machis, permitiendo la incorporación de éstas al sistema de salud pública.
Referente las leyes, estas deben considerar la legitimidad ancestral de la propiedad de la tierra a los indígenas las que perdieron mediante compras fraudulentas, engaños, estafas, etcétera. La compra y venta de las tierras mapuches serán regidas por las leyes creadas por el Congreso Mapuche, y ella permitirá la compra, venta y uso de dichas tierras de acuerdos a las necesidades comunales. También estas leyes creadas por dicho Congreso deberán considerar la inversión foránea y la instalación de empresas locales Mapuches tanto agrícolas como pesqueras u de otra naturaleza. La creación de cooperativas agrícolas y pesqueras será también regulada por el Congreso Mapuche. La autonomía Mapuche considerará la creación de su propio sistema policial y jurídico, además del económico. De acuerdo a su cultura el pueblo Mapuche debe tener sus propias leyes y jueces, los cuales tendrán, obviamente un sistema de apelación.
Con respecto al Sahara Occidental, la secretaria de Estado para el Comercio Exterior de Marruecos, Rokia Derham, dijo “Es una región muy rica: hay mucho potencial para la industria, la pesca y la agricultura, deseamos ver llegar a los inversores extranjeros”, Debemos considerar que construyendo carreteras y ampliando ciudades, puertos y parques industriales, el Gobierno de Marruecos está acelerando el desarrollo económico del Sahara Occidental sin esperar una solución política sobre el estatus de esta zona, dándole trabajo, vivienda, educación gratuita y salud a miles de saharauis. Eso lo pudimos conocer y comprobar, de primera mano, en una visita que hiciéramos a la región con Juan Carlos Moraga D., presidente del Centro de Estudios del Magreb Para las Américas y con el Director Dr. André Grimblatt. Conocimos de los grandes avances portuarios, de las grandes cooperativas pesqueras, de las industrias de alimentos, de las plantas de Agua Potable, etcétera. Para esto, el gobierno marroquí ha creado instituciones de desarrollo que ayudan a la pequeña y mediana industria así como a las cooperativas. Esta región también ha acordado innumerables acuerdos de cooperación con ciudades y estados extranjeros con el beneplácito marroquí.
Lo anterior es obviamente un ejemplo de lo que puede hacer nuestro pueblo. Chile cuenta con los recursos necesarios para que la zona del Arauco pueda prosperar económicamente terminando con la vil pobreza allí existente. La solución, entonces, para el pueblo Mapuche es la autonomía de tipo Mahorí o de tipo Marroquí que les permita a estos ancestrales pueblos crear riqueza, ser más creativos y vivir con dignidad. Nuestros políticos, de izquierda, derecha o centro deben considerar estas alternativas y reunirse con organizaciones no gubernamentales que pueden ayudar a establecer lazos e ideas con los pueblos mapuches así como también debe invitar a los lonko y werken de los pueblos mapuche.