«Al momento que formemos el Gobierno vamos a decir ‘hay que descolonizar territorialmente’, y si el Estado chileno sigue con su política de invasión, entonces discutiremos en los organismos jurisdiccionales», anunció el encargado de las Relaciones Internacionales del Consejo de Todas las Tierras, Aucán Huilcamán.
Dicho Consejo se conformó a la salida de la dictadura de Augusto Pinochet como reacción inicial a las primeras medidas tomadas para por el Estado tras la recuperación democrática, que desde el punto de vista mapuche no hizo otra cosa que consolidar la colonización de sus territorios.
El 12 de junio, en una sesión histórica, 250 integrantes de distintas comunidades mapuches fueron recibidos por primera vez en el Congreso chileno en el marco de una sesión integrada de tres comisiones. Para Huilcamán ese día fue porque los mapuches consideran a ese organismo promotor «de la invasión del territorio Mapuche en el pasado y sigue jugando un papel perverso en el presente». Sobre el pasado lo responsabilizó por el aval dado a la llamada Pacificación de la Araucanía en la segunda mitad del Siglo 19, «donde se cometió el crimen de genocidio contra los mapuches y el daño cultural que son la causa de las actuales tensiones». Y sobre el presente la crítica al Parlamento fue, entre otras cosas, por aprobar presupuestos para la represión de la protesta como la creación del Comando Jungla. Se trata de una unidad específica de combate al terrorismo, bajo cuya figura han sido procesados varios mapuches, otro de los cuestionamientos al sistema político. Dicho comando fue responsable en noviembre pasado del asesinato a sangre fría del comunero mapuche Camilo Catrillanca.
«El Gobierno sigue militarizando la zona y en la Cámara de Diputados es donde se aprueba el presupuesto», enfatizó Huilcamán. Al final de la dictadura la Concertación de aquel entonces aseguraba que «la democracia resolvería la situación del pueblo mapuche en Chile». Sin embargo, el paso del tiempo lo que hizo, desde la perspectiva del pueblo originario, fue agravar su problema. Por eso después de largos años de madurar la idea, el 12 de junio comunicaron el nuevo rumbo que tomará el conflicto.
«Informamos que constituiremos un gobierno en el sur con los mapuches al amparo del derecho internacional», resumió el vocero. También dejaron sentado en esa sesión histórica que «no estábamos muy preocupados de que el Estado chileno no avanzara en el reconocimiento del pueblo mapuche porque el derecho internacional ya ha avanzado suficiente, incluído el derecho a la libre determinación».
Contó que en 2016 se realizó una asamblea constituyente como primer paso de ese gobierno. «Ahora viene la definición de estatuto, la configuración de ese gobierno, que puede ser tan pronto como los próximos meses o un año, porque queremos dar un paso serio, no una aventura. Esto es para autogobernarnos, para marcar la frontera con el Estado chileno, visto que es invasivo con nosotros».