Con el Rey a la cabeza, Marruecos activa programa de urgencia para enfrentar el terremoto

Con un programa que se inicia con el realojamiento de quienes sufrieron pérdidas de viviendas y atención inmediata para las víctimas, el rey de Marruecos, asumiendo personalmente un verdadero liderazgo solidario, interviene directamente en la ayuda para los más afectados por el terremoto que estremeció este país el pasado 8 de septiembre

Reunido en el Palacio Real de Rabat, el soberano presidió una reunión de trabajo con el objeto de prestar ayuda inmediata a las familias y ciudadanos siniestrados con la rapidez y eficacia necesarias.

El programa de realojamiento presentado ante el Rey Mohammed VI, y que ha sido elaborado por la comisión interministerial creada por instrucciones reales, se refiere a unas 50.000 viviendas total o parcialmente derrumbadas en las cinco provincias más afectadas por el sismo.

La ayuda consiste, por una parte, en acciones urgentes de realojamiento temporal, en particular mediante fórmulas de alojamiento adaptadas in situ y en estructuras diseñadas para resistir al frío y a las intemperies; o en lugares de acogida equipados con todas las comodidades necesarias. Por otra parte, el Estado concederá una ayuda urgente de 30.000 dírhams a las familias afectadas.

El programa consiste en medidas inmediatas de reconstrucción, que se llevarán a cabo tras las operaciones preliminares de peritaje y los trabajos de preparación y estabilización de los terrenos. Para ello se ha previsto una ayuda financiera directa de 140.000 dírhams para las viviendas totalmente derrumbadas, y de 80.000 dírhams para cubrir las obras de rehabilitación de las viviendas parcialmente derrumbadas.

Este programa polifacético movilizará principalmente los recursos financieros propios del Estado y de los organismos públicos, y estará también abierto a las contribuciones de los actores privados y de las asociaciones, así como de los países hermanos y amigos que lo deseen, a los que el Rey reitera, en esta ocasión el más sincero agradecimiento del Reino de Marruecos.

Durante esta reunión, el Rey Mohammed VI evocó asimismo una cuestión, igualmente crucial, que es la atención inmediata a los niños huérfanos, que hoy se encuentran sin familia ni recursos. El Soberano pidió que estos niños sean censados y que se les conceda el estatus de pupilos de la nación.

Igualmente, con el fin de sacarles de esta situación de desamparo y de protegerles de cualquier riesgo y de todas las formas de fragilidad a los que pueden verse desgraciadamente expuestos, tras una catástrofe natural, el Rey ordenó al gobierno proceder a la aprobación lo antes posible del proyecto de ley necesario a este fin.

A través de la visión y acción del Soberano, Marruecos demuestra, una vez más, la resiliencia que le caracteriza y que le permite afrontar las pruebas y los desafíos con fuerza, sabiduría y determinación, gracias a la fortaleza de sus instituciones y a la solidaridad y generosidad de su pueblo.