José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores de España
Sin duda, el mejor resumen y valoración de la reciente reunión de alto nivel entre España y Marruecos, son las palabras del ministro de exteriores de España, cuestión no menor después de una serie de torpes sabotajes contra esta reunión que, a la luz de sus resultados y las palabras del canciller español, no deja dudas sobre su éxito. Pocas veces en la historia de estos países se conocen resultados tan categóricos que, en palabras de Alvares, lo demuestran más de veinte acuerdos.
Esto también es una clara derrota, política y diplomática para quienes, por miopía, ignorancia o intereses ocultos, como islamófobos y separatistas que se niegan a reconocer el pragmatismo y lucides del presidente de España que, con un socio serio y confiable en el norte de África, como lo es Marruecos, privilegia los interese de su país, en cuyo contexto Pedro Sánchez ya no es solo líder del pueblo español, sino que marca una ruta al resto de los países de Europa y el mundo. Pedro Sánchez, con altura de miras y visión de futuro, opta por esta política con un país que es el primer socio económico y comercial de España y también socio en la opción geopolítica de puente entre África y Europa.
Las exportaciones españolas a Marruecos han superado la barrera de los 10.000 millones de euros y el volumen global del comercio bilateral ha alcanzado los 20.000 millones de euros, “una primicia en las relaciones económicas entre ambos países”, dijo el ministro español.
No es menor la colaboración de Marruecos en la gestión de los flujos migratorios irregulares que ha permitido reducir en un 69% las llegadas a las costas españolas el pasado mes de enero respecto a enero de 2022, y la cooperación bilateral en la lucha contra el terrorismo.
Claramente, Marruecos es un «socio estratégico para España», como ha dicho el canciller de España, y esta reunión lo confirma.