Escalofriantes testimonios de tortura en contra del jefe Polisario en tribunales de España

Le Nouvel Afrik.com

Ante el juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, un testigo de las torturas infligidas por el Frente Polisario en los campamentos de Tinduf, aseguró que Brahim Ghali ordenó su martirio, precisando que el jefe del Polisario estuvo presente durante las sesiones de tortura. Según fuentes judiciales, citadas por La Razón, Ahmed Tarouzi, un activista que fue secuestrado y torturado por el Polisario durante 11 años, habría explicado al magistrado, en su declaración, que uno de los métodos era « arrancar sus dientes y las muelas de los presos ». “Identificó a sus torturadores, incluido Ghali quien dio las órdenes”, afirman las mismas fuentes.

Ante el tribunal que investiga a Brahim Ghali por tortura, detención ilegal y genocidio tras dos denuncias de la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos (ASADEDH) y el activista hispano-saharaui Fadel Breica, también compareció ayer un segundo testigo. Este testigo compartió prisión con Breica. Según la denuncia de este último, presuntamente presenció las torturas que se le infligieron en 2019. Sin embargo, su declaración fue aplazada por problemas de visado.

En junio pasado, Fadel Breica y dos testigos señalaron al jefe de las milicias argelinas del Polisario por actos de tortura en los campamentos de Tinduf en 2019. El primero explicó al juez que no tenía « la menor duda de que fue torturado por orden de Brahim Ghali ”. «Dada la estructura del Frente Polisario, era absolutamente imposible que sucediera algo dentro de los campamentos que no le gustaba », explico un testigo.

En su denuncia, ASADEDH y tres víctimas acusan directamente a Brahim Ghali. Entre ellos se encuentran Hosein Baida Abdelaziz, ciudadano español residente en Trebujena (Cádiz), y Dahi Aguai , asimismo espanto de  origen saharaui. Ponen sobre la mesa un informe de la ONG France Libertés que evoca un « catálogo muy severo de torturas practicadas por miembros del Frente Polisario a disidentes y presos ». Identifican 89 víctimas, aunque la lista sigue siendo, según ellos, « desesperadamente larga ».