El contagio del coronavirus, infección proveniente de China, causó preocupación en el gobierno: “La probabilidad de que este virus llegue a Chile no es baja”, aseguró el ministro de Salud, Jaime Mañalich.
La enfermedad de origen chino ha afectado a 4.500 personas y ha causado 106 muertes. Sus altos niveles de contagio y el desconocimiento de su forma de transmisión son parte de las preocupaciones de las autoridades internacionales. Y también de las chilenas. Por esta razón, ayer el ministro Mañalich visitó La Moneda para reunirse con el Presidente Sebastián Piñera, el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, y la vocera de gobierno, Karla Rubilar, para abordar el tema.
“Es posible que haya algunos casos aislados en un futuro próximo en Chile. No estimamos probable una gran epidemia durante estos meses, pero son hipótesis de trabajo. Si esto se escapa de control en el mundo, efectivamente tenemos que pensar que va a ser un problema relevante para nuestro sistema de salud”, aseguró la autoridad tras el encuentro con el Mandatario. A la fecha, en Chile se han registrado tres casos de personas posiblemente sospechosas, las cuales ya fueron descartadas.
La falta de una vacuna o medicamento es una de las preocupaciones de las autoridades a nivel mundial. Según Mañalich, la OMS y expertos internacionales han establecido que solo se conocen los casos más graves y que “aproximadamente el 95% de los casos no ha sido diagnosticado”.
De acuerdo con los estudios internacionales, en los casos más graves la infección tiene una letalidad del orden del 1% y es de una alta contagiosidad, ya que por cada paciente afectado por el virus, se contagiarían alrededor de 3,8 personas.
Un reporte del gobierno dice que, en promedio, llegan al país en un mes poco más de 4.000 turistas desde China. No obstante, en el contexto de la tradicional celebración del Año Nuevo Lunar, esta cifra aumentaría. De este modo, según el ministro Mañalich, se espera la llegada de aproximadamente 10 mil personas desde China en los próximos 15 días. Entre ellos, chilenos que viajaron al país asiático y también ciudadanos chinos que residen en Chile y que visitaron su país por la tradicional celebración.
Una medida directa la está adoptando la Secretaría Regional Ministerial de Salud de la RM, a cargo de Rosa Oyarce. Desde esa repartición se instruyó a los funcionarios del Aeropuerto Arturo Merino Benítez, los primeros en tomar contacto con pasajeros provenientes de China: “Allí, especialmente la gente de Migraciones y del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) deben usar elementos de protección personal que muchas veces no utilizamos y olvidamos. Deben usarlos como una medida preventiva, y además incorporar la mascarilla”, detalló.
“Tenemos que estar en alerta, pero no alarmados. Y los lugares más importantes son los aeropuertos, las gobernaciones marítimas, donde también se van a tener que tomar medidas”, dice Oyarce.
En cuanto a los puertos, se comenzó a exigir el manifiesto que elabora el capitán de la embarcación, en caso de que algún pasajero presente síntomas.
Por su parte, el Instituto de Salud Pública informó que ya cuenta con la técnica para detectar el virus en un plazo de tres días. Y a partir del jueves, el ISP y luego toda la red de salud del país contará con una técnica complementaria llamada PCR, que permite diagnosticar el virus en 12 horas.
Chilenos en cuarentena
Desde Cancillería informaron que, a la fecha, hay nueve jóvenes universitarios chilenos que estudian en Wuhan, de los cuales cuatro habían salido de la localidad cuando se decretó la cuarentena. De esta manera, cinco jóvenes están actualmente en la ciudad sin poder salir. “Lo que estamos haciendo es reforzar la capacidad de respuesta de la Cancillería para brindarles una mejor asistencia a estos estudiantes”, aseguró el canciller Teodoro Ribera.
Álvaro Peredo (29) es chileno, casado y hace ocho meses viajó a China para aprender el idioma. Actualmente vive en Guangzhou, ubicado a cuatro horas en tren de Wuhan, la “zona cero” del coronavirus y lugar donde residen algunos de sus amigos de la comunidad chilena. “Acá las noticias corren súper rápido. Está muy histérica la gente, porque tienen miedo, y en realidad el virus avanza demasiado rápido”, asegura.
Según Peredo, luego de que las autoridades chinas decretaran la cuarentena de la zona “comenzó una suerte de caza de las personas que hayan estado en Wuhan, o hayan tenido contacto con sus habitantes para ponerlos en cuarentena”, asegura. Junto al temor comenzó la especulación de precios, detalla. Al punto que si antes de la propagación del virus una mascarilla costaba $ 1.000, ese mismo elemento hoy cuesta $ 5.000.