Seamos Chile: ¿Respuesta de la calle a los partidos?
Por María Cristina Larraín.
Los estudios de opinión, en forma transversal, coinciden en el mayoritario rechazo y hasta desconfianza en diversas instituciones del estado, lo que encuentra explicación en escándalos de corrupción, nepotismo y abusos que, de distinta forma, cruza las instancias del poder, generando con ello una clara distancia entre ciudadanos y autoridades. En este escenario, la desconfianza hacía el poder político alcanza niveles que, en cualquier país del mundo, hasta podría significar censura y renuncia de quienes ostentan cargos, pero en Chile no. En nuestro país el divorcio de la autoridad con sus “representados” genera movimientos sociales que, en forma transversal, surgen tras demandas concretas, como el fin al lucro en la educación, no más AFP, el feminismo, atención digna en salud, las pensiones etc. En estas movilizaciones y desde 2011, se escucha como miles de personas gritan: EL PUEBLO UNIDO MARCHA SIN PARTIDOS. Es una masa que busca respuesta para sus demandas al margen y en forma paralela a los políticos tradicionales, superando incluso diferencias personales para unirse tras demandas concretas y eso, sin duda, ha ido creando nuevos escenarios donde, los que han sido militantes, dejando de lado anteojeras ideológicas o partidarias, se unen a independientes para marchar por ellos y no por partidos o “representantes” que, al llegar al parlamento o gobierno, se olvidaron por quienes están allí. Un buen ejemplo de lo que ocurre es el surgimiento de SEAMOS CHILE, cuya sigla corresponde a Secretaría Amplias de Movimientos sociales, grupo que, después de meses de reflexión, acaba de publicar un manifiesto donde, en su primer párrafo, dice que son: “representantes de la más amplia diversidad social, política, religiosa y sin injerencia de partidos”. Al definir las razones de su existencia afirman: “Chile vive tiempos de un preocupante deterioro del diálogo democrático e innegable desprestigio de los partidos políticos y el mundo parlamentario. La democracia representativa que nos ha cobijado como modelo de convivencia cívica desde los inicios de nuestra vida independiente como país, muestra signos evidentes de agotamiento y desafección ciudadana. Como representantes de organizaciones sociales, de la más diversa naturaleza, coincidimos en que la política Chilena se ha encapsulado en espacios de privilegio y no pocas veces de manifiesto abuso e ilegalidad. Chile y su pueblo organizado, en sus distintas actividades, ha sido marginado demasiadas veces de la discusión de sus propios intereses”. Dejando clara su posición frente al mundo político y su carácter pro positivo, el documento, firmado por 75 personas del más amplio espectro, define su quehacer en 7 puntos:
El primero de ellosdice que: por dignidad y respeto por los adultos mayores: “Ninguna pensión en Chile debe ser menor al sueldo mínimo”.
El segundo punto, Educación, innovación ciencia y tecnología, propone que “la focalización del estado debe estar en la educación pre escolar y una fuerte inversión en la formación Técnico –Profesional, junto con preparar a las nuevas generaciones en las tecnologías de punta”. Para financiar sostiene que esto, “debe representar al menos el 1,5% de PIB del país. La tradicional clase política y empresarial de Chile ha instalado un modelo extractivista de recursos naturales totalmente desconectado de los enormes desafíos de la revolución tecnológica”.
El punto 3 se titula: Salud, drogas y seguridad ciudadana, que, sin duda y a la luz de informes y estudios de la OMS, encuentra al estado de Chile en deuda, para lo cual plantea: “una profunda reforma y fortalecimiento del sistema de salud pública, donde una atención digna y de calidad es urgente”. Sobre los alarmantes índices de alcoholismo, drogadicción y delincuencia, propone que “las adicciones deben ser vistas como un tema de estado y no político, pues se trata de un problema que en forma transversal nos involucra a todos”, para concluir afirmando que: “Este grave problema no puede ser visto desde las alturas, sino desde y con las organizaciones sociales y rehabilitadoras que durante medio siglo y sin recursos lo enfrentan”.
El cuarto plantea tomar en serio la “Regionalización y descentralización”, para lo cual propone “la profundización de la democracia a través de un decidido traspaso de facultades a los futuros gobiernos regionales, dando espacio en el consejo regional al menos a un 20% de representantes de las organizaciones e instituciones sociales, culturales y gremiales más relevantes de cada región.
El Medio ambiente ocupa el punto 5 del documento donde se propone “acortar los plazos para poner término a la generación de energía mediante el uso de carbón, la fabricación de utensilios plásticos de un solo uso, así como el fin de las zonas de sacrificio ambiental. Chile debe seguir avanzando en la generación de energías limpias y, mediante tecnologías de punta, terminar con el drama de la contaminación ambiental”.
El punto 6 aborda el mundo del trabajo donde plantea que “el estado y gobierno deben reconocer el profundo error de validar como exclusivo interlocutor a las viejas y desprestigiadas centrales que se arrogan la representatividad de los trabajadores, donde cada día tiene más vigencia Clotario Blest indicando que las organizaciones sindicales deben ser autónomas de los partidos políticos”. El mundo del trabajo y el mercado no han sido capaces de corregir vicios y discriminaciones en contra de la mujer. Respecto de la familia, gran parte de la crisis se explica por la falta de interés del estado y el mercado en reconocerla y protegerla.
El documento finaliza con el punto 7 haciendo propuestas concretas para el trato con los pueblos originarios, señalando que: “Chile debe sellar un nuevo pacto con sus pueblos indígenas en un dialogo franco y democrático, donde sus reivindicaciones sean escuchadas y las injusticias históricas reparadas, lo que exige modificar la Constitución y asegurar en ella la representación parlamentaria de las etnias más representativas. En la Araucanía no todo puede ser blanco o negro, cuestión que agudiza el conflicto, en circunstancias que existen organizaciones representativas, como la Asociación de Municipios con Alcalde Mapuche (Amcam) que busca el dialogo y avances para un acuerdo nacional, lo que es compartido por la inmensa mayoría del pueblo mapuche”.
Durante las últimas semanas el documento ha circulado por los más diversos lugares, reuniones e instancias, concitando un apoyo transversal porque, como dice una dirigente de DDHH, “contiene propuestas serías, sin descalificaciones en contra de nadie y porque, claramente, no se ven los partidos tradicionales detrás de ellas”. Sus creadores están convocando para una reunión constituyente en la segunda quincena de junio en un recinto universitario de Santiago, lo que será informado a través del sitio: www.seamoschile.cl . El último párrafo de este verdadero manifiesto dice. “Los abajo firmantes, convencidos de que Chile somos todos, sin discriminaciones ni exclusión de ningún tipo, te invitamos a opinar y participar para que tu voz, como la de millones de chilenos y chilenas, de una vez por todas sea escuchada”.
Sin duda una propuesta interesante, a cuyos resultados estaremos atentos.