La directiva de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) llamó al movimiento sindical y a la ciudadanía a sumarse al paro nacional “activo” convocado para el próximo jueves 8 de noviembre. La protesta es en rechazo a la agenda laboral que ha impulsado el Gobierno, que según dirigentes, es una ofensiva para retroceder en materia de derechos colectivos.

Desde la CUT aseguran que la contrarreforma del Ejecutivo atenta contra el valor del trabajo humano y sólo beneficia a los grandes empresarios en desmedro de los trabajadores.

A esta movilización, sin embargo, no se sumará la Central Autónoma de Trabajadores (CAT) ni la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), quienes han optado por instalar una mesa de trabajo con la Confederacion de la Producción y del Comercio. Nolberto Díaz, secretario general de la CUT, atribuyó esta situación al supuesto interés de los empresarios por dividir al movimiento sindical.

Óscar Olivos, presidente de la CAT, señaló que la central que dirige no adhiere a la movilización, ya que no fueron informados y no conocen los motivos. Además, señaló que la CUT es la única que se ha sentado a negociar con el Gobierno, por lo que también debe hacerse cargo de la agenda laboral que ha desarrollado La Moneda.

Segundo Steilen, presidente de la UNT, compartió la posición de Olivos y aseguró que la movilización de la CUT responde a una jugada política de la multigremial, a la que acusó de formar parte de la “coalición de oposición”.

Los detalles de la movilización serán revelados después del anuncio de la reforma laboral del Gobierno, en un ambiente que estará marcado por la distancia entre la CUT y las demás centrales de trabajadores.