El terror de Boko Haram en Nigeria: Las claves para entender su impacto

EFE.

Si bien el grupo se formó alrededor del 2002, fue el 26 de julio de 2009 cuando llevó a cabo su primer gran ataque que costó la vida de 50 personas. Desde entonces, ha sido sinónimo de dolor y miedo para los nigerianos. Hace ya diez años, el grupo yihadista Boko Haram cometió su primer ataque en el noreste de Nigeria e inició una campaña sangrienta que parece no tener fin. Desde entonces, Boko Haram lucha por imponer un Estado de corte islámico en este país, de mayoría musulmana en el norte y de predominio cristiano en el sur. Estas son las diez claves para entender una década de terror en el noreste de Nigeria y en los países vecinos de uno de los peores grupos yihadistas del mundo. Boko Haram -que se ha venido traduciendo erróneamente del hausa y el árabe como «la educación occidental es pecado», y que literalmente significa «fraude prohibido»- perpetró su primer ataque en Nigeria. Tuvo lugar en Bauchi, localidad del noreste de este país de África Occidental, cuando 70 miembros de Boko Haram atacaron una comisaría en represalia por el arresto de líderes del grupo. Más de 50 personas murieron en ese ataque y varias resultaron heridas.

Sus comienzos en 2002 Aunque aún no ocupaba titulares, Boko Haram fue fundado en 2002 por Mohamed Yusuf en Maiduguri. Su intención era imponer la sharía (ley islámica) en un país en el que el norte es mayoritaria e históricamente musulmán y el sur es cristiano y animista. La lucha de Yusuf se enmarcaba en la marginalización que sufre el norte de Nigeria desde la presencia británica (exmetrópoli) que data de 1850 en el sur, y que ocasionó que el norte fuera la región más pobre y atrasada del país, algo que a día de hoy no ha cambiado. El 30 de julio de 2009, Yusuf falleció bajo la custodia policial y de su sucesor, Abubakar Shekau. Boko Haram dio un giro radical y comenzó a atacar también a civiles, además de a las fuerzas de seguridad. Dos millones de desplazados se asientan en el incompleto estadio Mohammed Goni.

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en Nigeria hay casi 2 millones de desplazados internos y el 92% de ellos se encuentra en esa situación por la violencia de Boko Haram. Esos casi 2 millones de personas representan el 0,99% de la población de Nigeria, el país más poblado del continente (195,87 millones en 2018, según el Banco Mundial). Además, según las últimas cifras del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), algo más de 229.700 nigerianos estarían refugiados en los países vecinos de Níger, Chad y Camerún por la amenaza yihadista. Más de 27 mil personas asesinadas Boko Haram se ha convertido en el grupo terrorista más activo y letal de África Occidental. Desde 2009, los incidentes relacionados con el grupo suman más de 2.350 y han causado más de 27.000 muertes, de acuerdo a las cifras del Proyecto de Datos y Ubicación de Conflictos Armados (ACLED). El año que más ataques cometieron los yihadistas fue 2015, cuando se calcula que llevaron a cabo 456. Además, entre 2015 y 2016, las operaciones militares lograron liberar varias zonas urbanas y disminuir las áreas bajo control de Boko Haram. Los más afectados: Mujeres y niños. De acuerdo a las cifras del Consejo Noruego para los refugiados (NRC), uno de cada cuatro de los desplazados tiene menos de cinco años. En este contexto, entre enero y noviembre de 2018, una media de 4.000 personas -principalmente mujeres y niños- se vieron empujadas a dejar sus hogares cada semana por Boko Haram, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

En el noreste del país africano, al menos 867 escuelas siguen cerradas como resultado de la violencia de Boko Haram, también de acuerdo con Unicef. El secuestro que puso a Boko Haram en los ojos del mundo. El 2014 se conoció el grupo internacionalmente. El 14 de abril de ese año, 276 niñas de entre 12 y 16 años fueron secuestradas por el grupo yihadista en una escuela de Chibok, en el estado de Borno, el más afectado por la violencia del grupo. El secuestro que puso al grupo en el mapa a nivel internacional y provocó manifestaciones en ciudades como Londres o Los Ángeles. Además, fue motivo de la creación de un hashtag en redes sociales: Devuelvan a Nuestras Chicas, que dio la vuelta al mundo. Una de las adherentes al movimiento fue Michelle Obama, quien, con una cartulina con el hashtag, exigió la liberación de las niñas. Michelle Bachelet también participó del movimiento.

Dos facciones y dos líderes A pesar de que el jefe de Boko Haram desde la muerte de Yusuf, Abubakar Shekau, juró lealtad al Estado Islamico, este nombró en 2016 como líder en Nigeria a Abu Musab al-Barnawi, hijo mayor del fundador del grupo y hasta entonces portavoz de Boko Haram, creando dos facciones. Según un audio atribuido al Estado Islámico y divulgado en el pasado marzo, el Estado Islámico habría designado a un nuevo líder que sustituiría a al-Barnawi y responde al nombre de Abu Abdullah Ibn.