Las ‘Omas gegen Rechts’ se movilizan cada semana contra el Gobierno de coalición entre derecha y ultraderecha
Por. SARA GONZÁLEZ BOUTRIAU.
Llevan gorros tejidos por ellas mismas y en cada uno, una chapa blanca con tres palabras escritas en alemán: Omas gegen Rechts. Las Abuelas contra la derecha nacieron en noviembre de 2017, un mes después de la victoria del candidato conservador Sebastian Kurz en las elecciones legislativas en Austria. Los resultados colocaron al partido de ultraderecha FPÖ en tercera posición y abrieron el paso a la coalición entre derecha y ultraderecha. Frente a ello, un grupo de mujeres de avanzada edad decidió alzar la voz, y desde entonces, se han convertido en símbolo de oposición a las políticas antimigratorias del Gobierno. Con al menos 200 miembros en Viena, están presentes en todo el país. Su grupo cerrado de Facebook cuenta con más de 3.000 personas e incluso han tenido eco en Alemania, con el auge del partido xenófobo Alternativa para Alemania (AfD).
Susanne Scholl, de 69 años, apresura el paso. Quiere llegar a tiempo a la manifestación que se organiza cada jueves en Viena, la capital. Es una de las creadoras del movimiento, iniciado por Monika Salzer, pastora protestante retirada de 70 años. “Cuando vi el grupo por Facebook, me junté directamente”, recuerda la mujer, que fue corresponsal de la televisión austriaca en Moscú y cuyos abuelos fueron asesinados por los nazis. “Defendemos la democracia, el Estado social y el Estado de derecho. Tres cosas que el actual Gobierno quiere desmantelar”, explica.
En diciembre de 2017, Austria se convirtió en el único país europeo con un partido de ultraderecha en el poder. Con un 31,6% de los votos, el joven candidato conservador Sebastian Kurz ganó las elecciones pero sin mayoría y decidió pactar con la extrema derecha, liderada por Heinz Christian Strache, para formar un Gobierno. Por primera vez desde el año 2000, el partido Liberal Austriaco (FPÖ) —en cuya génesis participaron antiguos nazis—, regresó al Ejecutivo, basando su campaña electoral en la doctrina de “los austriacos primeros” y en el rechazo a la inmigración.
Las Abuelas contra la derecha buscan movilizar a la sociedad frente al auge de políticas xenófobas no solo en Austria, sino en toda Europa. “Hemos aprendido de nuestros padres lo que es vivir en guerra o en dictadura. Y estamos decididas a no dejar que vuelva a pasar”, reza su manifiesto, difundido el pasado mes de agosto. El grupo de mujeres no solo acude a las manifestaciones sino que organiza encuentros y debates cada mes. También están presentes en las redes sociales, donde comparten artículos y tratan de desmentir las noticias que circulan contra los inmigrantes y los refugiados. Su página de Facebook cuenta con más de 10.000 simpatizantes.
La tarea es difícil. Según los últimos sondeos publicados por el diario Der Standard, el Gobierno de coalición goza de una gran popularidad: tan solo uno de cada tres votantes desearía que se celebrasen nuevas elecciones. Pero las cifras no son suficientes para desmovilizar al grupo de abuelas. Frente a la Universidad de Viena, Scholl busca a las demás. “Siempre miro si veo los gorros”, dice Susanne Scholl, riéndose. Las prendas imitan a los Pussyhats de la marcha de mujeres organizada en Washington contra Donald Trump en enero de 2017.
Frente al edificio, tres mujeres abrigadas esperan a que se inicie la protesta. Entre ellas está Regina Podlesnigg, de 64 años. “Soy parte de una generación que nació al terminar la guerra y a quien le fue bien”, explica. “Siempre nos preguntamos cómo pudo pasar algo así y ahora que veo cómo están las cosas, tengo que hacer algo, aunque solo sea mostrar mi rechazo en la calle”, añade. Desde octubre, cerca de 2.000 personas acuden semanalmente a la manifestación de los jueves, organizadas como hace 19 años, cuando gobernaba también una coalición entre derecha y ultraderecha. En aquel entonces, los 14 socios de la Unión Europea impusieron sanciones diplomáticas contra Austria, especialmente por las declaraciones xenófobas del líder histórico del FPÖ, Jörg Haider.
“Es importante manifestarse contra el populismo de derechas en Austria y en otros países. Está tomando formas que pueden destruir a Europa”, añade Nelly Fitschek, que con 55 años, es una de las más jóvenes del grupo. Tiene dos hijos y un nieto. “Como abuelas, no aparecemos mucho en la sociedad, pero también tenemos una voz. Y tenemos experiencia”. Juntas, recorren las calles de la capital. Llevan silbidos y pancartas con el nombre del grupo. Y de vez en cuando, una de ellas toma el altavoz para difundir uno de sus lemas: “Abuelas, abuelas, el país nos necesita, luchamos por nuestros hijos y resistimos”.