Fuente: Radio U de Chile.
El director social nacional del Hogar de Cristo analizó las movilizaciones de los últimos días e hizo un llamado a preocuparse de la pobreza en Chile a nivel nacional. «Esto lo resolvemos todos como chilenos o será muy difícil de revertir en el corto plazo», aseguró.
Las movilizaciones sociales en El Bosque, La Pintana, San Bernardo, San Antonio, Valparaíso y Concepción entre otras, han dejado de manifiesto la disconformidad de un sector de la ciudadanía con las medidas sanitarias para enfrentar la pandemia de coronavirus y que no han tenido, a la vez, una solución económica satisfactoria para la población más vulnerable. Sobre ese tema, y en general de la segregación que se vive en Chile, conversó el Director Social Nacional del Hogar de Cristo, Paulo Egenau, conversó con Patricio López, director de Radio Universidad de Chile, este viernes en Radioanálisis.
El psicólogo se refirió a los niveles de desigualdad en nuestro país y cómo ello se hace aún más patente en medio de la crisis sanitaria y económica actual.”Esto lo ha confirmado el informe “Desiguales” del PNUD de hace unos años atrás en el que se plantea que Chile tiene una deuda gigantesca respecto de la desigualdad. Eso afecta la vida de las personas y determina muchas veces el ciclo de la vida de la gente, e incluso a las familias por generaciones. Las crisis sociales, ya sea todo lo que pasó a partir de octubre y ahora con el tema del covid, lo que han hecho es volver a mostrar los síntomas y signos que estaban disponibles para cualquiera que quisiera observarlos y eso demuestra que las dificultades que presentan, por ejemplo, los efectos sanitarios y socioeconómicos si bien son transversales en términos de pandemia, no afectan a todas las personas por igual y como suele ocurrir en estas catástrofes, la distribución de los costos sigue la misma dinámica de la desigualdad social siendo las poblaciones más pobres las que van a concentrar las consecuencias negativas de lo que nos está pasando como país”.
En cuanto a la envergadura de las medidas sociales tomadas por el Estado, Egenau se refirió a la política de protección social, específicamente en los temas de infancia, y aseguró que el tema ha mostrado muy pocos avances en Chile pues la ley de garantías integrales lleva más de 20 años en el Parlamento y, pese a que hemos tenido crisis enormes como la del Sename, aún falta tomar más conciencia. “El año pasado nosotros publicamos la segunda investigación “Del dicho al derecho” sobre el tema de la exclusión escolar en Chile, los mal llamados desertores escolares y que trata sobre quiénes están excluidos del sistema escolar, las razones de por qué están excluidos y que es lo que debe hacer el país en términos de generar dispositivos y metodologías para restituir el derecho a la educación y no solo diagnosticarlos como desertores escolares. Entonces, respecto de estos niños escindidos hay políticas de salud deficientes, particularmente en materia de salud mental, de protección de derechos vulnerados, a la educación, pero no hay una ley integral y desde esa mirada, el país debe avanzar no solo en materia de infancia, sino de adulto mayor, de personas en situación de calle, todo el segmento de la vulnerabilidad requiere de avances extraordinarios y estas situaciones como la pandemia evidencian los síntomas de problemas que han estado presentes por décadas”.
En cuanto a las protestas en distintos ligares del país y sobre si estas pueden o responder aun manejo político de un sector o incluso a una instigación del narcotráfico como señalara la diputada María José Hoffman, el también académico de nuestra casa de estudios explicó que es difícil hacer un diagnóstico pues se trata de una realidad multicausal, pero sí plantea que hay un malestar evidenciado durante el estallido social.
“Hay un cansancio que se agudiza en momentos en que el temor aparece una vez más en la vida de muchas de esas familias. No sé si todos quienes estaban en la protesta tienen las mismas motivaciones y sería absurdo pensarlo así, pero creo que la mayoría lo que busca es visibilizar un momento de extrema fragilidad, dificultad, dolor y temor. Si hacemos un ejercicio mínimo de empatía y nos ponemos en la situación de una familia, yo como padre en condiciones de precariedad tremenda del entorno: vivienda precaria, sin trabajo o con trabajo ambulatorio para poder paliar las necesidades de alimentación entre otras y cuando de repente eso se acaba, y no hay más ingresos en un entorno con una orden de cuarentena masiva y prolongada, la angustia y el temor por cómo alimento a mi familia se transforma en al clamor de levantar la voz y decir: mírennos, estamos aquí y tenemos dificultades”.
“Desde el Hogar de Cristo percibimos esto desde hace semanas porque nuestros profesionales dieron cuenta de la agudización de este temor y una profunda preocupación por el tema de la alimentación y esa es una de las razones por la que iniciamos la campaña de Chile Comparte junto a Techo y el Fondo Esperanza. Además, esto se ha visto agudizado porque ahora hay familias y personas que hasta hace dos meses flotaban sobre la línea de la pobreza y ahora cayeron en una situación de dependencia que clama por ser atendida”, agregó. Egenau se refirió también a la evaluación de la pobreza en nuestro país y cómo la definición actualmente abarca muchos más factores y no solo los ingresos económicos.
“Durante muchos años, Chile consideró la pobreza solo desde la variable ingresos, de recursos económicos y hoy nuestro país, según la encuesta Casen 2017, tiene un 8,6 por ciento de personas que viven bajo la línea de la pobreza y eso equivale aproximadamente a 1 millón y medio de personas. Dentro de ese 8,6 hay un 2,3 por ciento de pobreza extrema y un 6,3 de pobres no extremos. Esto quiere decir que una familia de 3 personas para ser calificada como pobre debe ganar menos de 341 mil pesos y para ser calificado como en pobreza extrema tiene que ganar bajo los 227 mil pesos mensuales”.
“Ahora si una familia de 3 personas gana 342 mil pesos, estadísticamente ya no es pobre. Y ese es el sector que llamamos vulnerables y son ellos quienes producto de la consecuencia de la pandemia, caerá bajo la línea de la pobreza, sin duda alguna y personas que viven bajo la línea de la pobreza, caerán en pobreza extrema. La Cepal hizo una proyección, sobre casos hipotéticos, de la pobreza en Chile y argumenta que en un escenario de contracción baja producto del coronavirus, tendríamos un aumento de la pobreza de un 2,1 por ciento. En un escenario de contracción media, de 2,9 por ciento y en un escenario de constricción alta, sería de 3,9 por ciento de pobreza. Lo importante es que luego de la insatisfacción de la manera en que se estaba midiendo la pobreza con la variable ingresos solamente que era insuficiente y reduccionista, Chile se abrió a la medición multidimensional y al mirarlo así, en Chile hay 20, 7 por ciento de personas que presentan algún déficit y podrían ser considerados pobres en la medida multidimensional eso corresponde a 3 millones 530 mil personas. Así nos damos cuenta que somos un país que tiene mucho más precariedad y dificultas y que tiene una cantidad de personas mucho más afectadas en cantidad y profundidad de lo que pensábamos con la mirada de la pobreza histórica desde el punto de vista de los ingresos solamente”, explicó el director social de Hogar de Cristo. Consultado sobre los avances en las políticas sociales, el Magíster en Drogodependencias fue muy crítico de cómo la vulnerabilidad ha dejado de tener un espacio en la discusión política. “La pobreza ha dejado de ser un tema de preocupación de la política. Los pobres no marchan, no representan sus necesidades, no forman colectivo para presionar políticamente por sus carencias y dificultades sobre todos quienes presentan mayor vulnerabilidad: las personas con discapacidad mental, los adultos mayores, los que están en situación de calle, los niños, los jóvenes que están en las redes de protección producto de la vulneración de derechos. Ellos no son sujetos de preocupación fundamental crítica y prioritaria de calidad de las políticas públicas. Ha habido algunas respuestas, pero nos falta mucho y creo que la opción preferencial por la situación de las personas en la situación de pobreza, debe marcar el eje fundamental de cualquier Gobierno porque son sujetos privilegiados de derecho producto de las carencias y dificultades que han enfrentado muchas veces desde el minuto de nacer” “Lo que ha pasado desde el estallido y ahora con la pandemia muestra las razones por las que hay que avanzar fuertemente, pero todos, no solo el Gobierno, sino que esta debiera ser una preocupación constante de los medios de comunicación, de la sociedad civil, del mundo académico, del mundo privado. Esto lo resolvemos todos como chilenos o será muy difícil de revertir en el corto plazo“, concluyó.