María Cristina Larraín.
El Consejo de Seguridad mantuvo, el jueves 09 de abril del 2020, una sesión informativa (briefing) en torno al informe que le ha sido remitido por el Secretario General de Naciones Unidas sobre la cuestión del Sahara marroquí, según lo dispuesto en la resolución 2494, aprobada el 30 de octubre de 2019. Según fuentes diplomáticas de la ONU, durante este briefing, el Consejo de Seguridad reiteró, conforme a los parámetros claramente definidos en sus resoluciones 2414, 2440, 2468 y 2494, que el proceso de las Mesas Redondas constituye la única alternativa para alcanzar una solución política, definitiva, realista, pragmática y duradera a este diferendo artificial sobre la base de la Iniciativa Marroquí de amplía autonomía para la región. Cabe recordar que dichas Mesas Redondas se reunieron en diciembre del 2018 y en marzo del 2019 en Ginebra, con la participación de Marruecos, Argelia, Mauritania y el “frente polisario”, que acordaron reunirse de nuevo bajo el mismo formato.
Queda claro, entonces, que esta solución no se puede lograr sin el firme compromiso de todas las partes, no únicamente del “polisario” sino muy particularmente de Argelia, cuyas agitaciones, tanto sobre la cuestión de la designación de un nuevo Enviado Personal, como en torno a la apertura de Consulados Generales de diversos países africanos en el Sahara marroquí (Laâyoune y Dakhla), quedan incomprensibles. Una vez más, el Consejo de Seguridad ha recordado la necesidad de inscribirse en el espíritu de compromiso e ignorado, de hecho, las agitaciones argelinas especialmente en torno a la apertura de Consulados Generales africanos en el Sahara marroquí, considerando que se trata de actos de soberanía conformes a la legalidad internacional y enmarcados estrictamente en las relaciones bilaterales entre Marruecos y sus socios africanos. Cabe señalar, a este propósito que, además de los diez países africanos que han abierto sus Consulados Generales en el Sahara marroquí, Estados de otras regiones del mundo han anunciado su intención de abrir oficinas consulares en la región en un futuro próximo, indiferentes a los gestos de Argelia, único país de los 193 de Naciones Unidas, en haber reaccionado a dichas aperturas.
En definitiva, el órgano ejecutivo de Naciones Unidas ha demostrado su acuerdo frente al firme compromiso de Marruecos de seguir enmarcando su acción con la legalidad internacional y avanzar, de manera realista, hacia una solución política que solo puede derivar del proceso de las Mesas Redondas y en el marco exclusivo de las Naciones Unidas.