Por. Ernestina Fuentes C. Periodista.
El frente Polisario, en Latinoamérica y especialmente en Chile, experimenta un evidente retroceso.
Lejos están los días en que parlamentos e instituciones, influenciados por la desinformación de este grupo, votaban acuerdos o firmaban declaraciones a favor de un ente virtual que, sin representación ni territorio como exige la ONU para reconocer países, se presentaba como una “republica que lucha por su independencia desde territorios liberados”, lo que era representado por sujetos que, sin pudor alguno, se presentaban como “embajadores”. Pero, y como decimos en Chile, “la mentira tiene patas cortas”. Un paciente, silencioso y esclarecedor trabajo de información desarrollado durante años, ha terminado por revertir esta situación. Muchos recuerdan como algunos, con la mejor intención pero sin medir consecuencias, avalaron estas andanzas y que, al conocer lo que realmente ocurre en Marruecos, confirman que no solo se trataba del engaño político con bandera de una falsa lucha de liberación, sino que, además, es una organización delictiva cuyos principales dirigentes se encuentran procesados en tribunales españoles por crímenes de lesa humanidad, sino también por el robo millonario de ayuda humanitaria destinada a refugiados que este grupo mantiene contra su voluntad en campos de prisioneros en territorio argelino. Al correrse el velo de mentiras que ha difundido durante años el Polisario en nuestro continente y darse a conocer que sus dirigentes son investigados por crímenes y delitos comunes, ha terminado por mostrar su verdadero rostro: el de la mentira y el engaño, reducido ahora su accionar a un entorno sin importancia ni significación alguna en el concierto político latinoamericano y chileno.
Difundir la realidad positiva del Sahara marroquí, sin descalificaciones ni ataques en contra de nadie, entrega resultados y muestra la verdadera revolución que registra Marruecos en su constitución, donde destaca el respeto a los derechos humanos, el rol de la mujer, el respeto hacia los trabajadores, la importancia de la familia y el papel destacado de los sindicatos y organizaciones sociales en el Marruecos del Siglo XXI donde es relevante la mirada humanitaria del rey para enfrentar y resolver los temas pendientes de “los años de plomo”, en cuyo marco, entonces, es natural la generosidad, tolerancia y respeto hacia todos los grupos sociales, políticos, culturales o religiosos, donde destaca la propuesta de autonomía regional para el Sahara entregada en la ONU que, con una mirada inclusiva y de estado, entrega las herramientas necesarias a todos los actores involucrados para resolver, en el marco de la soberanía marroquí, de una vez y para siempre la mal llamada “crisis del Sahara”, lo que es respetado y compartido por la inmensa mayoría de países del mundo. Volviendo la vista en el tiempo, constatamos que lo indicado es la resultante de un trabajo silencioso y de años realizado por una ejemplar “diplomacia social y parlamentaria”, en cuyo contexto nace el Centro de Estudios del Magreb, cuyos fundadores expresan su voluntad de dar a conocer, donde sea necesario, lo que realmente ocurre en el Sahara marroquí.
En este lapso y en diversos escenarios, sus integrantes han enfrentado sin dudarlo a los representantes del Polisario que son, también, cómplices de graves violaciones a toda clase de derechos humanos, pero que ahora, a causa de sus mentiras, abusos y actos delictivos, han terminado por convertirse en un lastre político, social y moral para quienes, durante años, los han sostenido y financiado, situación y cansancio confirmado recientemente por Amar Saadani, ex secretario general del Frente de Liberación Nacional argelino (FLN), quien ha declarado que: “El Sáhara es históricamente marroquí”. En nuestro continente uno de sus principales voceros, el ecuatoriano Pablo de la Vega, también ha declarado que: “Las asociaciones de apoyo al Polisario agotaron su ciclo”. Como dicen en tribunales, “a confesión de parte, relevo de pruebas”.
Debido a que el representante del Polisario en nuestro país trato de infiltrar con “bandera falsa” al movimiento social chileno, el Centro del Magreb, junto a otras instituciones de los DDHH y organizaciones sindicales, puso en conocimiento de la mesa de unidad social esta información, con antecedentes adicionales sobre delitos comunes asociados al frente Polisario, después de lo cual Esteban Silva fue expulsado de esta mesa, lo que constituye para esta banda una derrota política de proporciones y la confirmación de su aislamiento, pero también significa para nosotros llegar con información veraz sobre Marruecos a quienes hasta hace poco eran reticentes a ello.
Al inicio de esta década y como centro, enfrentamos un escenario que también ayudamos a crear y donde, quienes estamos más comprometidos con la propuesta de Marruecos para el Sahara, debemos agendar actividades de acuerdo a esta realidad que, entre otras y como amantes de la paz, nos obliga a tomar nota de las amenazas de guerra lanzadas por el jefe del polisario al finalizar su congreso de diciembre, constituyendo estas una provocación y abierto desconocimiento de las resoluciones de la ONU sobre el Sahara. Lo anterior nos exige, incluyendo instituciones, dirigentes sociales o académicos vinculadas a nosotros, adecuarnos a esta realidad, donde se valore lo positivo del pasado y se proceda a crear una nueva estructura, comprometida claramente y sin matices con Marruecos y el Sahara marroquí, lo que significa dar por superada la etapa del Magreb que, en sus generalidades, en algún momento sirvió para confusiones. Claramente el centro ha cumplido un ciclo.
Ahora, con nueva estructura y un nombre que identifique nuestro objeto, debemos prepararnos para el futuro. Hace un año y en las oficinas del centro se nos entregó la responsabilidad de armar un equipo y propuesta de comunicaciones, lo que agradecemos y por ello todo lo que hemos hecho, lo hacemos con verdadero amor hacia la causa de Marruecos. También hemos visto un compromiso serio de nuestro presidente en derechos humanos, incluso participando en actividades junto al movimiento social en la plaza de la dignidad. Nos llena de orgullo ver jóvenes mujeres dirigentes sindicales como Isabel Molina o la profesora Pamela Valenzuela de la ONG Color Esperanza, ambas pensando proyectos y su firme compromiso con el Sahara. Nos alegra que el Dr. André Grimblatt, sea invitado a ferias del libro para comentar libros sobre el rey de Marruecos, como también enorgullece la participación de Juan C. Moraga en reuniones internacionales sobre derechos humanos.
En estos años hemos conocido personas maravillosas, hombres y mujeres comprometidos como dirigentes sociales, académicos, profesionales y trabajadores que expresan su voluntad de participar y apoyar que se conozca la propuesta de Marruecos para el Sahara. Creemos llegado el momento de dar un paso superior, que se abran espacios y compuertas de participación a nuevas generaciones que, tal como lo pensaron nuestros fundadores, llegan para multiplicar, en Chile y nuestro continente, los amigos de Marruecos y la hermosa propuesta de autonomía regional para el Sahara que ha hecho este país. Es nuestra voluntad y compromiso ser un aporte en esa dirección y ocupar responsablemente el lugar que se nos asigne.