Trabajadoras frutícolas a cuatro años del aluvión: “Las condiciones laborales siguen empeorando”

Por Edgar Pfennings De la Vega.Radio JGM.

Alicia Muñoz, directora de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas, reiteró el llamado a los empresario a que “cambien sus políticas de sometimiento y de esclavitud” de las trabajadoras de la fruta.

El 25 de marzo de 2015 diversos aluviones azotaron el Norte Chico del país. Una de las zonas más afectadas fue la región de Atacama, donde más de 30 personas murieron y 16 permanecen desaparecidas. En el pequeño pueblo de San Antonio, una localidad rural del valle de Copiapó, dos temporeras de la Frutícola Atacama fueron víctimas del aluvión.

La muerte de estas trabajadoras puso sobre la mesa las condiciones laborales precarias, que tienen que vivir las trabajadoras agrícolas de temporada o temporeras en los valles de Chile. Para ahondar sobre este tema conversamos con Alicia Muñoz, Directora de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (ANAMURI).

¿Cuáles son los principales problemas que enfrentan las trabajadoras agrícolas hoy día?

Poco  y nada podemos decir que mejoran estas condiciones que el aluvión develó en la región de Atacama, porque las trabajadoras siguen viviendo situaciones que son casi innombrables en los trabajos. En este minuto, hace poco, fue la marcha del agua. Yo fui a la marcha de Los Andes donde estaban las trabajadoras de las empresas que el año pasado quisieron negociar. Las dos empresas les quebraron los sindicato. A las mujeres las echaron porque era dirigentas mujeres. Las maltrataron y hoy en días las tienen sin fuero, sin nada. Todo es avalado por las grandes corporaciones. La cosa es que nadie hizo nada: la inspección no hizo nada, los medios de comunicación se portaron mal- no difundieron los conflictos-, entonces ante esta situación yo digo que cuatro años atrás con los aluviones quedaron al descubierto las malas condiciones que tienen las trabajadoras al interior de las empresas. Pero eso sigue todos los años y cada vez peor.

¿Cómo ha sido el rol de las autoridades?

La semana pasada estuvimos en el parlamento mirando que las condiciones laborales que trae el famoso TTP-11 y vimos que quita todo lo que queda: quitar fuero maternal, vacaciones, salario mínimo. Si ese tratado se aprueba, la semana del 13 de abril dicen que van a votar, realmente todo lo que está pasando es porque ya están aplicando ese famosos tratado. Para nosotros como Anamuri la situación sigue de mal en peor.

¿Cómo ha sido el rol de las empresas?

No hay por donde nosotros digamos esta empresa es un poco mejor. Las trabajadoras siguen siendo trabajadoras desechables. En condiciones infrahumanas siguen trabajando. Yo te digo que esas mujeres que son grandes dirigentes, grandes líderes, las tienen en los cerros solas con cuadrillas de cuarenta hombres. Imagínate lo que eso significa cuando la situación de precariedad se empieza a dar.

¿Podríamos decir que después del aluvión no habido ninguna política para mejorar las condiciones?

Yo creo que la empresa tiene iniciativa para comprar mujeres para que digan que es la mejor empresa en la región. Eso es lo que se dice. Hay dirigentas que fueron absolutamente compradas por la empresa para que dijera los contrario de lo que dijimos nosotros en el tribunal ético.

Derechamente hay políticas antisindicales…

Son políticas antisindicales. Eso es lo que se está aplicando. Políticas antisindicales, antisindicatos, antihuelgas, anti todo.

¿Qué se necesita para que se logran mejorar las condiciones laborales de las trabajadoras?

Aquí se necesita que los empresarios cambien sus políticas de sometimiento y esclavitud y empiecen a mirar que trabajan con personas que no son máquinas. A esas personas hay que retribuirles con un salario digno y un puesto de trabajo digno. Se necesita que se se cumplan las condiciones laborales mínimos y que las trabajadoras sientan que los empresarios están respondiendo a los esfuerzos que hacen ellas por trabajar bien la fruta. Las leyes que hoy día existen para las trabajadoras no se condicen con la realidad que viven las mujeres.