La escritora estuvo a la vanguardia en la lucha por los derechos de la mujer.
Por. Daniel Mecca
Alfonsina Storni nació en un pueblito de suiza el 29 de mayo de 1892 y llegó a los 4 años a la Argentina. Pasó una infancia muy humilde primero en San Juan y luego en Rosario. A los 10 lavaba platos y servía mesas. Mientras soñaba ser actriz fue costurera, trabajó en una fábrica de gorras y se recibió de maestra rural, a la par que publicaba sus primeros poemas.
Escribió con una voz femenina, potente, irónica y moderna en una época donde tenía todo en contra: ser mujer, pobre y de principios de siglo. Fue vicepresidenta del Comité Feminista de Santa Fe, integrante de la Asociación pro Derechos de la Mujer y contribuyó a la creación de la Sociedad Argentina de Escritores. En sus poemas se definía como “la loba”.
En el prólogo a su Antología poética (Espasa Calpe-Argentina), publicada en 1938, Alfonsina dice: “Por mucho que reniegue de mi primer modo, sobrecargado de mieles románticas, debo reconocer, sin embargo, que traía aparejada la posición crítica, hecho universalmente difundido, de una mujer del siglo XX, frente a las tenazas todavía dulces, y a la vez enfriadas, del patriarcado”.
El sábado 22 de octubre de 1938 Alfonsina Storni envió el original de su último poema, “Voy a dormir”, a La Nación. Alfonsina, el 25 de octubre, se internó para siempre en el mar.