“Chile Vamos y la oportunidad de construir mayoría política y social para transformar Chile”

Chile Vamos debiese, previo a entrar en la vorágine electoral de los próximos años, analizar el resultado del proceso vivido el 2017 y sus consecuencias. Este le significó perder las parlamentarias, pero ganar la Presidencia de la República.

Eduardo Salas


Por Eduardo Salas Cerda

Abogado y Cientista Político – Ex Presidente Nacional PRI.

Hay una diferencia significativa que debe sopesar cuantitativa y cualitativamente. Lo primero a observar es que la actual oposición gana a nivel de diputados -que vale para pesarse a nivel nacional- con algo más de 910 mil votos. Sin embargo, debiendo dirimirse con esa misma fuerza política la opción presidencial en segunda vuelta, el actual oficialismo los derrota holgadamente, obteniendo Piñera una contundente victoria. Piñera, por méritos propios, desgaste y miopía de sus adversarios supo leer correctamente y representar los anhelos y aspiraciones de estas nuevas formas de mirar la existencia que han ido adquiriendo nuestros compatriotas; en especial las nuevas generaciones. Que entre las que más nos debe interesar es que miran a los políticos, de todos los sectores, con distancia, con desdén, y muchas veces con un sincero desprecio. Votaron al Presidente Piñera, en segunda vuelta, 1.379.363 ciudadanos más que en la primera vuelta presidencial. Descontados los eventuales electores de Kast  y los nuevos electores (en la primera vuelta sufragaron 6.700.748 y en la segunda 7.032.523), claramente el Presidente se ganó el centro en esta segunda vuelta.

Suponemos que hubo un grupo importante de más de 700.000 electores, que habiendo votado por parlamentarios de la oposición moderada actual y por el candidato presidencial que éstos apoyaban, en la segunda vuelta prefirieron la alternativa política de centro que les significaba Piñera. Este grupo simplemente sopesó factores que les son más caros que los ideológicos de antaño: ¿quién me garantiza mejor mi desarrollo y crecimiento personal? ¿dónde hay más creatividad y más libertad para emprender y progresar? ¿Quién representa mejor a los sectores medios emergentes muy diversos de los últimos 30 años, hoy conformada por una gran clase media popular? ¿Quién puede garantizar mejor seguridad a las familias? ¿Quién puede desarrollar una política migratoria que otorgue dignidad a los inmigrantes y garantice la seguridad y el progreso de los chilenos? ¿a quién le creo para obtener paz y desarrollo integral en la Araucanía, reconociendo los derechos de los pueblos indígenas pero combatiendo la violencia?¿Quién se puede acercar más  a la real concreción de valores tales como la libertad, la dignidad, la igualdad de oportunidades, la justicia social y la solidaridad?

Estos factores, y varios más, que son parte de la nueva caja de herramientas que puso en las manos de muchos chilenos y chilenas la tecnología es lo que debemos interpretar.

Construir mayorías en el poder legislativo

Conforme  a lo señalado en los párrafos anteriores, quienes apoyamos este gobierno, solemos repetir con énfasis que ganamos holgadamente las elecciones presidenciales del 2017, pero no recalcamos lo suficiente que perdimos a nivel parlamentario. Si hoy queremos ganar de verdad, tenemos que tomarnos esta realidad en serio. Ganamos la elección presidencial con apoyo del centro político-social, y este mismo centro dió la victoria a la oposición en el parlamento. En todo caso cabe tener presente que hay diversas oposiciones.

Hoy sólo saldremos victoriosos si somos capaces de seguir aglutinando a los sectores político-sociales moderados, los humanistas cristianos, los sectores demócratas y comprometidos con los derechos humanos. Somos quienes rechazamos lo ocurrido en dictadura pero desconfiamos de la frase “no podemos permitir que la derecha pinochetista sea gobierno”, un truco izquierdista cada vez más obsoleto pero aún vigente.

Actualmente, tenemos cerca del 40% de representación parlamentaria; el mismo 40% de “aprobación” que suele tener el gobierno en las encuestas. Piñera ganó con el 54,5% de los votos ¿Dónde está el 15% de diferencia? En el centro político ¿Dónde está ese centro político? En el sector que representan los parlamentarios demócrata cristianos y radicales que han votado a favor de la gran mayoría de los proyectos de ley de gobierno y que, por lo mismo, han producido malestar en el Frente Amplio y conflicto en la oposición.

¿Por qué es relevante afianzar esta mayoría política (derecha + centro)? Es necesaria para gobernar con fuerza, con poder de cambio  social y político. Parte de la oposición ha mencionado que no quiere discutir en el parlamento la ley de modernización tributaria propuesta por el Presidente. Y agregan: el empleo debiera ser una prioridad. Sabemos que existen parlamentarios de centro que son conscientes de que una modernización tributaria que beneficia a la pequeña y mediana empresa es capaz de crear empleos, incentivar el crecimiento y la innovación. Las futuros reformas de gobierno (trabajo, pensiones, etc.) deberán seguir esta misma lógica.

La ampliación de Chile Vamos hacia el centro y ganar el parlamento

Nuestros gobiernos han sido hábiles y consecuentes al tener un pié puesto en el centro político: respaldar la gratuidad en educación superior, cerrar el penal cordillera, en  patrocinar la ley de identidad de género, son expresiones de una centro derecha moderna y centrista. Ahora es necesario que todo Chile Vamos nos alineemos con esta estrategia, y establezcamos puentes de comunicación no sólo con parlamentarios de centro moderados de la DC y social demócratas, sino que también con expresiones ex DC tales como Comunidad en Movimiento, Progresismo con Progreso, Ex Ciudadanos, entre otros.

El PRI desde el centro que lo caracterizó hasta ahora ha intentado con relativo éxito (triunfos municipal y  presidencial) y derrotas (en lo parlamentario) atraer una parte de los actores políticos y sociales que constituyen ese tan esquivo centro. Sin embargo ha sido muy insuficiente y nuestro resultado parlamentario lo grafica. La tarea está pendiente, por ello la amistad política con el centro es lo que necesitamos para proyectarnos en el futuro, y no apasionarnos con aventuras de derecha radical. Vale recordar que, con Sebastián Piñera (2010-2014),  la derecha gana una elección presidencial después de 52 años sin elegir un jefe de Estado. Jorge Alessandri (1958-1964) y su padre, Arturo Alessandri (1925 / 1932-1938), son una excepción del siglo XX. Además, ambos eran del Partido Liberal, colectividad que transitó en posiciones de izquierda y centro a lo largo de su historia. La derecha más radical no ha tenido notoriedad presidencial desde el siglo XIX.

Si a lo dicho sumamos que la imagen de la dictadura y de Pinochet sólo han empeorado con el tiempo, y que los derechos humanos son algo básico para la legitimidad ciudadana, no es difícil caer en cuenta que la identidad tradicional de la derecha siempre tendrá un público de nicho, como quienes escuchan música clásica: audiencia fiel, pero reducida. Hoy, una importante parte del centro apoya al Presidente Piñera pero respaldó a diputados que están en la oposición parlamentaria y que han respaldado los proyectos del gobierno.  Ahora resulta clave, como afirmamos anteriormente, concretar las reformas del gobierno en acuerdos con ese centro político. Chile Vamos necesita construir una mayoría política en el Parlamento, que hoy no tiene, para que los “tiempos mejores” se conviertan en realidad para todos; necesita ese centro político parlamentario para gobernar.

Esto no sólo facilitará que tengamos más años para consolidar nuestro legado, y así entregar la banda presidencial a un candidato de Chile Vamos. Sin embargo, esta vez no será suficiente ganar el poder presidencial, tenemos la obligación de lograr, en el futuro, una mayoría parlamentaria estable.

Hay múltiples expresiones de personas, movimientos y grupos que proviniendo de partidos tradicionales buscan un espacio desde donde reivindicar la política moderada e inteligente; tratan de adecuarse a los cambios y a los nuevos tiempos. El desafío para los partidos en general y para Chile Vamos, en particular, es abrir los ojos a las nuevas realidades y hacerlas suyas. Enterrar el pasado y las viejas prácticas.

El resultado del 2017 debe hacernos meditar, ampliar las fronteras de la coalición, la política en Chile está para sorpresas insospechadas. Alguien podría haber sostenido después del resultado de la primera vuelta que Sebastián Piñera ganaría con la ventaja que obtuvo. Es más, alguien hubiera tenido la audacia de decir que ganaba, incluso, sin los votos de José Antonio Kast.

Entonces, para transformar a Chile en un país con desarrollo integral, social y culturalmente integrado CHILE VAMOS debe lograr una MAYORÍA POLÍTICA Y SOCIAL  de aquí al 2021.El camino es claro, sólo debemos tener la voluntad dispuesta para recorrerlo.